Corea del Norte destruye su base de pruebas nucleares

Las autoridades norcoreanas anunciaron que desmantelaría la base tras la cumbre celebrada el pasado 27 de abril con Corea del Sur

Varios surcoreanos siguen por televisión informaciones referidas al desmantelamiento del centro de pruebas nucleares. EFE
photo_camera Varios surcoreanos siguen por televisión informaciones referidas al desmantelamiento del centro de pruebas nucleares. EFE

Corea del Norte derrumbó este jueves con explosiones los túneles de su centro de pruebas nucleares de Punggye-ri, al noreste del país, según informaron los medios internacionales invitados a presenciar las detonaciones.

Las autoridades norcoreanas anunciaron que desmantelaría la base tras la cumbre celebrada el pasado 27 de abril con Corea del Sur, en la que ambos países se comprometieron a trabajar por la "total desnuclearización" ante la cumbre prevista el 12 de junio ente Pyongyang y Washington. Según han indicado los reporteros surcoreanos, las detonaciones comenzaron a las 11.00 hora local (02.00 GMT) en el llamado entramado Norte de galerías y han continuado unas tres horas después en los circuitos Oeste y Sur (la red Este se cree que ya quedó inutilizada tras la primera prueba nuclear norcoreana de 2006).

Más tarde se ha procedido a destruir también con explosiones barracas y otras instalaciones situadas en Punggye-ri. No se ha podido confirmar si el líder norcoreano, Kim Jong-un, ha asistido a la destrucción de las galerías.

Esta operación se interpreta como un gesto de Corea del Norte para demostrar su voluntad real de abandonar su programa atómico

Los periodistas surcoreanos se han contado entre la veintena de reporteros de medios de cinco países (China, Corea del Sur, EEUU, Reino Unido y Rusia) invitados a presenciar el desmantelamiento.

En Punggye-ri ha realizado Pyongyang sus seis pruebas nucleares en 2006, 2009, 2013, 2016 (en dos ocasiones) y la última y más potente en septiembre de 2017, cuando la detonación se cree que alcanzó el cuarto de megatón (unas 250 veces más potente que la primera explosión de 2006 y 15 veces más que la bomba de Hiroshima). Esta operación se interpreta como un gesto de Corea del Norte para demostrar su voluntad real de abandonar su programa atómico previo a la reunión entre Kim Jong-un y el presidente estadounidense, Donald Trump, aunque la opacidad en torno al evento arroja dudas sobre las verdaderas intenciones del hermético régimen.

Entre otras cosas, se ha criticado la ausencia de expertos en pruebas atómicas durante el proceso, que podrían haber obtenido valiosa información sobre el alcance del programa nuclear norcoreano y el verdadero estado de estas instalaciones. 

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