Continúan los rumores que desacreditan a la mujer que acusó a Strauss-Khan

La camarera de hotel que acusó de intento de violación a Dominique Strauss-Khan es supuestamente una prostituta que, después del incidente, habló con un amigo encarcelado sobre la oportunidad de lucrarse con la denuncia, afirman hoy medios estadounidenses.

Ayer un juez de Nueva York suspendió el arresto domiciliario impuesto en mayo pasado al entonces director gerente del Fondo Monetario Internacional, acusado de intento de violación por una mujer de Guinea que trabajaba en el hotel Sofitel de Manhattan. La Fiscalía ha indicado que numerosos elementos han debilitado la credibilidad de la mujer, incluidos los testimonios divergentes que ella ha proporcionado sobre lo ocurrido en el hotel.

El diario sensacionalista The New York Post -que cita como fuente de su versión solamente a "una persona allegada a la investigación por la defensa", afirmó hoy que "la mujer hacía labores dobles como prostituta, cobrando en efectivo por sus servicios a los huéspedes masculinos".

El supuesto informante no identificado dijo al Post que "hay informaciones de que ella recibía 'propinas' extraordinarias, si sabe lo que quiero decirle. Y no era por traer las malditas toallas". Esto, siempre según el diario, explicaría por que Strauss-Khan insista en que su encuentro sexual fue consentido.

Por su parte The New York Times escribió ya ayer que "veintiocho horas después de que la camarera del hotel dijera que había sido asaltada sexualmente por Strauss-Khan, ella habló por teléfono con un amigo de una cárcel" de Arizona para inmigrantes ilegales. "Los investigadores de la Fiscalía en Manhattan se enteraron de que la llamada se grabó y obtuvieron una traducción del dialecto fulani, que se habla en Guinea de donde la mujer es oriunda", añadió el Times atribuyendo su versión a "un funcionario policial bien ubicado". Cuando se completó la traducción de la conversación "los investigadores se alarmaron. Según el informante la mujer dijo algo en el sentido de "no te preocupes, este tipo tiene mucho dinero. Sé lo que hago'".

La mujer, cuyo nombre no se ha divulgado por cumplimiento de las normas que restringen la publicación del nombre de víctimas de ataques sexuales, fue descrita en los días que siguieron al incidente como una musulmana muy piadosa y totalmente destrozada por su experiencia con Strauss-Khan.

Ayer, viernes, la Fiscalía de Manhattan ofreció detalles de las "mentiras" e "incoherencias" en las que cayó en las últimas semanas la mujer que acusó a Strauss-Kahn, lo que llevó al juez a poner fin a su arresto domiciliario.

En un escrito enviado el jueves a los abogados de Strauss-Kahn, la Fiscalía detalló que la mujer mintió durante la investigación sobre lo ocurrido inmediatamente después del incidente en el hotel Sofitel. Según el documento, firmado por el ayudante del fiscal Artie McConnell, la denunciante afirmó ante un gran jurado que tras escapar de la suite de DSK, permaneció en el pasillo de la planta 28 y no denunció lo ocurrido a una supervisora hasta que vio al político francés abandonar la habitación y subirse al ascensor.

Sin embargo, días más tarde reconoció -después de que se comprobaran sus movimientos por las llaves electrónicas de las habitaciones- que la secuencia de los hechos no fue exactamente así y que, tras lo ocurrido en el interior de la suite, procedió a "limpiar otra habitación" antes de denunciar el incidente.

Por otro lado, según la Fiscalía, la denunciante reconoció haber mentido sobre las circunstancias de su llegada a EE.UU. en 2004 con un visado "fraudulento", y en la petición de asilo que presentó ese año, en la que certificó "bajo pena de perjurio" que tanto ella como su marido habían sido acosados por el régimen guineano.

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