Los conflictos en la llamada región tribal de Pakistán, al noroeste del país, se han saldado este sábado con al menos 63 muertos, en la que está siendo una semana negra para el país.
Un terrorista suicida hizo estallar un camión de explosivos en un cuartel de policía, asesinando a quince personas y destruyendo por completo el edificio. Otro puesto de control fue derribado con varias bombas, en un ataque en el que fallecieron un adulto y dos niños.
Los dos ataques se produjeron en el valle de Swat, que hasta el año pasado era una zona turística y ahora se ha convertido en la frontera entre el territorio controlado por las tribus pastunes del noroeste, relacionadas con los talibanes afganos, y la zona bajo el mando del gobierno de Islamabad.
La guerra de la frontera noroeste
Durante este sábado, una operación del Ejército se saldó con la muerte de 35 milicianos pastunes y cuatro soldados. En respuesta, los islamistas mataron a otros tres militares en una emboscada. Los pastunes nunca han estado verdaderamente integrados en Pakistán, un Estado que denomina a la región que habitan simplemente como Provincia de la Frontera Noroeste.
Los combates se han sucedido en el Swat durante toda la semana, la misma en la que se produjo la dimisión del desacreditado presidente de Pakistán, Pervez Musharraf. El movimiento Tehrik-e-Taliban Pakistan (TTP), que aglutina a los islamistas paquistaníes, consideró positiva la marcha de Musharraf, y ofreció al Gobierno reanudar las conversaciones de paz.
No obstante, el Ejército continuó sus operaciones en la región pastún, donde en dos semanas han fallecido más de 600 personas en combates, la mayoría integristas. Y los atentados han continuado en respuesta.
El pasado martes, 30 personas, la mayoría policías, murieron en un ataque suicida perpetrado en la sala de emergencias del hospital de la ciudad de Tank. El jueves, 78 personas fallecieron y 103 resultaron heridas en un doble atentado suicida en las puertas de acceso de la principal fábrica de armamento paquistaní, ubicada en el cuartel de Wah, a unos 30 kilómetros de Islamabad.
¿Quién será el nuevo presidente?
Mientras tanto, las dos cámaras del Parlamento pakistaní se preparan para elegir a un nuevo presidente el próximo 6 de septiembre. El Partido Popular de Pakistán, uno de los miembros del gobierno, ha propuesto a su líder Asif Alí Zardari como candidato, pero sus socios de la Liga Musulmana-N no están conformes y defienden que se busque "un candidato de consenso", es decir, uno que no vaya a favorecer a ninguno de los dos partidos.
Tras la dimisión de Musharraf, los miembros de la coalición hablaron de reducir los poderes políticos de la presidencia, pero si Zardari termina ocupando el puesto, no parece probable que el PPP quiera recortar sus funciones.
