La confesión de Davide Fontana: "La descuarticé y compré un congelador"

Este banquero italiano asesinó a Carol Maltesi mientras grababan un vídeo porno
Carol Maltesi. FACEBOOK
photo_camera Carol Maltesi. FACEBOOK

Italia asiste con estupor a la investigación sobre Carol Maltesi, una joven de 26 años asesinada presuntamente después de grabar un vídeo pornográfico por su vecino, Davide Fontana, que ocultó su cadáver durante meses e incluso respondía a los mensajes que llegaban al teléfono de la víctima.

Las pesquisas iniciaron el pasado 20 de marzo cuando un hombre que paseaba por el campo cerca de la localidad lombarda de Borno encontró cuatro sacos abandonados de los que salía una mano, según reconstruyen hoy los diarios italianos.

Las bolsas contenían el cuerpo de una mujer despedazado y desfigurado pero los investigadores decidieron difundir algunos tatuajes que se habían conservado.

El portal de noticias BSNews empezó a recibir mensajes de lectores que aseguraban que los tatuajes coincidían con los de una actriz porno conocida como Charlotte Angie, identificada inmediatamente en Maltesi, joven italo-neerlandesa y madre de un niño de seis años.

Mientras la investigación seguía su curso, el vecino de la mujer, Davide Fontana, banquero y bloquero gastronómico, acudía hace unos días a la comisaría de la localidad de Rescaldina para denunciar la desaparición de su amiga Maltesi. Pero el pasado lunes acababa confesando el crimen.

El diario italiano Corriere della Sera ha publicado extractos de la declaración de Fontana contando los pormenores de su asesinado. "Estábamos grabando una película porno. Ella estaba atada, tenía una bolsa en la cabeza. Empecé a golpearla con un martillo por todo el cuerpo, no muy fuerte. Luego, cuando llegué a la cabeza, comencé a golpearla con fuerza, no estoy seguro de por qué. No sé qué me pasó. Creo que ya estaba muerta, no sabía qué hacer y le corté el cuello con un cuchillo de cocina".

Luego compró una sierra para seccionar el cadáver y eliminar sus numerosos tatuajes y después, para conservar el cadáver, compró "un arcón congelador" por Internet.

Durante dos meses, el supuesto homicida usó su teléfono móvil para pagar el alquiler de su víctima y hasta responder a los mensajes que le llegaban.

Ambos se habían conocido en octubre de 2020 a través de la red social Instagram cuando él vivía en Milán (norte) y mantuvieron una relación sentimental "abierta" mientras se dedicaban a vender fotografías y vídeos pornográficos en una plataforma de internet.