"Carrera contra el tiempo" en Turquía y Siria, que superan los 11.500 muertos

Se apuran los trabajos en busca de supervivientes tras el "gran desastre" de los terremotos entre el frío y los escombros ► Los equipos de rescate siguen salvando a personas atrapadas casi tres días después ► El entrenador de Christian Atsu, exjugador del Málaga, asegura que sigue desaparecido

Un hombre se calienta junto al fuego al lado de un edificio derruído por el terremoto. EFE
photo_camera Un hombre se calienta junto al fuego al lado de un edificio derruido por el terremoto. ERDEM SAHIN (EFE)

Turquía y Siria siguen buscando a supervivientes del terremoto del lunes, y lo hacen en una dura lucha contra el reloj, el frío y la insuficiencia de los medios disponibles. "Estamos en una carrera contra el tiempo", reconocen las autoridades. Los esfuerzos no evitan que la cifra de fallecidos continúe creciendo. Los últimos balances de este miércoles la elevan a cerca de los 11.600, más de 9.000 en territorio turco. 

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha afirmado desde la provincia de Hatay, a la que se ha desplazado para visitar a los heridos, que hasta el momento se han confirmado 9.057 muertos a causa de lo que ha descrito como "un gran desastre". Además, hay más de 52.000 heridos, mientras que 6.444 edificios han quedado destruidos.

"Hemos movilizado todos nuestros medios", ha resaltado antes de asegurar que los trabajos de búsqueda y rescate no finalizarán "hasta que no quede nadie bajo los escombros". La Autoridad de Gestión de Desastres y Emergencias (AFAD), dependiente del Ministerio del Interior turco, ha señalado que "después del primer terremoto se han registrado otros 648". 

Los trabajos avanzan en Siria con poca ayuda exterior

Miles de personas contienen el aliento a la espera de noticias sobre sus seres queridos aún desaparecidos por los terremotos en el último bastión opositor del noroeste de Siria, adonde no ha entrado ninguna ayuda en los últimos tres días pese a los repetidos llamamientos desde la empobrecida región.

Vecinos, combatientes locales y rescatistas de los denominados Cascos Blancos llevan adelante las operaciones de rescate en las zonas de las provincias de Idlib y Alepo en manos de la oposición, las más afectadas y donde residen más de 4 millones de personas ya de antes dependientes de la asistencia humanitaria.

Los Cascos Blancos han alertado reiteradamente de que no cuentan con suficiente maquinaria para el desescombro, entre otros recursos, y estiman que "cientos" de personas continúan sepultadas bajo los edificios derrumbados dos días y medio después del seísmo inicial, con cada vez menos posibilidades de sobrevivir.

En total, la cifra de muertos en todo el país asciende ya a 2.662 y la de heridos a 4.985.

"Estamos en una carrera contra el tiempo y trabajando con las máximas energías disponibles y con la cooperación de todas las partes", reza un comunicado del Ministerio de Sanidad sirio, que señala que el Ejecutivo del país han repasado las medidas de emergencia que rigen la situación. 

La Organización Mundial de la Salud ha alertado este mismo miércoles de que muchas zonas de Siria afectadas por el terremoto siguen sin acceso debido a la destrucción de vías de transporte.

"Las necesidades sanitarias son tremendas, más para un país que sufre desde hace 12 años (la guerra civil) y ha sido golpeada por distintas emergencias, entre ellas el actual seísmo", indicó.

Rescates que alimentan la esperanza

Mientras el paso de las horas suma presión a los trabajos y va restando esperanzas con tantos por hacer, se sigue rescatando a personas con vida. Son las historias que continúan alimentando la esperanza. Como la de este niño sirio que estuvo atrapado dos días bajo los escombros en la ciudad de Armanaz. Su risa ha dado la vuelta al mundo.

Equipos desplazados desde España han conseguido rescatar también a algunas personas atrapadas en Turquía.

Las historias se suceden, como la compartida por el periodista Zuher Almosa, que ha documentado el emotivo rescate de dos hermanos turcos

El futbolista Christian Atsu sigue desaparecido

Volkan Demirel, entrenador del Hatayspor, equipo de la primera división turca, desmintió este miércoles la información de que su jugador internacional ghanés Christian Atsu había sido rescatado y dijo que aún no tenía noticias del exmalaguista ni del director deportivo del club, Taner Savut.

Atsu, con el Málaga. ARCHIVO
Atsu, con el Málaga. ARCHIVO

En declaraciones al diario Hurriyet, Demirel aseguró: "Por favor, no escriban que ha sobrevivido sin estar seguros de que ha sobrevivido. La gente tiene familia, esperanzas, penas y dolores que van en aumento". "Todavía no hay noticias sobre Atsu y Taner Savut. No diría esto si estuvieran en el hospital. Estamos pasando por momentos muy difíciles", declaró el técnico.

Al parecer, la confusión se pudo deber a algún error de identificación, tal como relató a la prensa el médico del Hatayspor, Gurbey Kahveci. "Cuando escuchamos la noticia de que lo habían llevado al Hospital Dortyol fuimos a buscarlo pero no estaba allí. Por el momento y, por desgracia, parece que (el director deportivo) Taner Savut y Christian Atsu no han sido encontrados", dijo el médico.

Desolación en Iskenderun, una ciudad devastada

El puerto mediterráneo de Iskenderun, en la provincia turca de Hatay, sigue en llamas casi tres días después del terremoto. Esta región, al extremo sureste del país, es la más afectada por el seísmo, aunque se encuentra a 150 kilómetros del epicentro, con una nivel de destrucción casi total de edificios e infraestructuras.

Alejandreta, como se llama la ciudad en español, está llena de edificios completamente destruidos, mientras que la mayoría de los demás están inclinados de lado con solo una parte caída. Aquí nadie duerme en casa desde el lunes. Todo el mundo está en las calles, en descampados, con fogatas, calentándose porque hay temperaturas cercanas a cero. 

Ruínas en Iskenderun. SERDAR OZSOY
Ruínas en Iskenderun. SERDAR OZSOY

Los vecinos de la ciudad, que hasta el lunes tenía un cuarto de millón de habitantes, aguantan como sea, en tiendas, en coches. Hay algún que otro campamento establecido por el gobierno con tiendas de campaña para resguardar a las familias. Otros se han ido o lo intentan al menos, provocando enormes atascos en las calles y carreteras, que también están en mal estado por el terremoto. 

Mientras, los equipos de rescate siguen buscando a supervivientes, de día y también de noche, con focos y linternas.

"Estamos haciendo nuestras necesidades entre cuerpos hinchados"

Numerosos ciudadanos describen una situación dramática en pleno invierno por la falta de servicios y bienes básicos, con la interrupción de los suministros de agua, electricidad y calefacción, la carestía de combustible y dificultades para obtener medicinas. "¿Qué ha pasado con los impuestos que pagamos? ¿Dónde está la Media Luna Roja? No hemos recibido nada. Estamos haciendo nuestras necesidades entre cuerpos hinchados. Nos han dado una tienda en la que vivimos tres familias, pero tememos que los niños se congelen", relataba una mujer superviviente de Kahramanmaras a Halk TV.

Yilmaz Kurt, un médico especialista en urgencias que se desplazó a Maras con su coche cargado de material de primeros auxilios, declaró a EFE por teléfono que "la gasolina y el gasóleo para coches y vehículos encabezan la lista de necesidades".

"Ninguna gasolinera tiene combustible en la región. Muchos vehículos se detuvieron en la carretera al vaciarse sus depósitos. Las máquinas de trabajo tampoco pueden funcionar cuando se les acaba la gasolina", aseguró.

Los rescatistas siguen liberando con vida a personas después de llevar más de 50 horas bajo los escombros, pero las tareas son cada vez más desesperadas en medio de temperaturas gélidas y réplicas que complican los trabajos.
En Siria la cifra de muertos por los terremotos ascienden hasta ahora a 2.662 y el número de heridos a 4.985, mientras que cientos de personas continúan atrapadas entre los escombros más de 50 horas después del seísmo inicial.

Las áreas de las provincias noroccidentales de Idlib y Alepo, en manos de la oposición y fronterizas con Turquía, concentran el mayor número de víctimas en un país ya castigado por doce años de conflicto.

Los geólogos destacan que "ningún edificio" podría haber soportado el terremoto

Los geólogos españoles destacaron "la aceleración de dos veces la gravedad" (2g) como factor clave para entender la magnitud del fenómeno. "No hay edificio que soporte ese nivel, se podrían hacer construcciones que lo resistieran, pero tendrían un precio muy elevado", señala el geólogo y experto en seísmos Antonio Aretxabala.

El desastre rompió una superficie de 200 kilómetros de largo por 30 de ancho, así que hay que "representar el epicentro en un punto, pero en realidad sus dimensiones son enormes", señala Antonio Aretxabala. La poca profundidad a la que se generó agravó los daños, pero el geólogo considera "una barbaridad" que el terremoto alcanzara un valor de 2 g, es decir, dos veces la aceleración de la gravedad, unas cifras a las que "no llegan ni los astronautas cuando suben a la nave".

Según su opinión, en España "la única zona donde podría haber magnitudes de 7 grados en la escala Richter o mayores es el sur peninsular, aunque generalmente no tenemos esas fallas para que se produzca un desgarro de tantos kilómetros".