Casi cien muertos tras una explosión en una mezquita en Nigeria

Tres bombas han explotado en el patio de la Gran Mezquita de la ciudad de Kano -próxima al Palacio del Emir- y en una calle lateral, cerca del comienzo de las oraciones semanales, en torno a las 14:00 hora local (13:00 GMT), antes de que el imán de la mezquita, Sani Zahradeen, iniciara su sermón. La explosión ha dejado como resultado al menos 92 muertos y más de 126 heridos, informó el portavoz de la Fuerza Militar Conjunta de esta región del norte de Nigeria, Ikechukwu Eze.

"La escena fue simplemente terrible. Había humo por todas partes y la gente corría para salvarse sobre cuerpos mutilados. Había sangre por todas partes", relató a los periodistas Sambo Sani, que vive cerca de la mezquita, situada muy cerca del palacio del emir de Kano.

El emir de Kano, Alhaji Sanusi Lamido Sanusi, es una de las personalidades más influyentes de Nigeria y se encontraba en la Meca, en Arabia Saudí, cuando se produjo el atentado, según confirmaron fuentes próximas al líder religioso.

La mezquita hizo llamamieno la semana pasada la gente del norte del país para tomar las armas contra la guerrilla islamista Boko Haram, criticando el fracaso del Ejército nigeriano para defender a los civiles contra los insurgentes. Boko Haram -cuyo nombre significa en lenguas locales "la educación no islámica es pecado"- mantiene una sangrienta campaña para instaurar un Estado Islámico que ha causado más de 3.000 muertes en lo que va de año, según datos del Gobierno nigeriano. Los estados norteños de Borno, Yobe y Adamawa, las zonas más castigadas por Boko Haram, se encontraban en estado de emergencia hasta la semana pasada, cuando el Parlamento nigeriano decidió no prolongar esta medida que en los últimos 18 meses no ha conseguido frenar la violencia de la milicia.

Por este motivo, se considera que el atentado en la mezquita de Kano puede ser un ataque contra el propio emir. "Deben conseguir lo que necesiten para protegerse", aseguró Sanusi. "No debemos cruzarnos de brazos y decir que rezar es la única solución". El emir, que hasta hace unos meses era gobernador del Banco Central de Nigeria, no confía en la autoridad gubernamental para solucionar el problema de Boko Haram: "No debemos esperar la ayuda del ejército, porque ellos desertan por falta de motivación y armamento".

Se trata del tercer atentado en el norte del país africano en menos de una semana. El martes pasado, 30 personas perdían la vida en Maiduguri, capital del Estado de Borno, zona con fuerte presencia del grupo islamista Boko Haram. Ayer mismo, jueves, otra treintena de personas murieron en la explosión de una bomba en una concurrida carretera del estado de Adamawa, también al norte del país.

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