Mazda MX5, un capricho para darse

Mazda MX5
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El Mazda MX5 es todo un clásico del segmento de los ‘roadster’. Desde que salió a la luz en el año 1989 hasta hoy, este pequeño biplaza japonés se ha convertido en el cabrio más vendido del mundo.Razones para conseguirlo nunca le han faltado, ya que el MX5 ha cimentado su éxito en una línea atractiva y sencilla, una gran fiabilidad mecánica y un precio muy competitivo. 

 

La tercera generación de este modelo se encuentra en su momento de máxima plenitud. Con ella, el MX5 no sólo se mantiene fiel a sus orígenes sino que, además, potencia muchas de sus cualidades.Entre las versiones en las que está disponible este biplaza japones —techo de lona o techo duro y motores de 126 ó 160 caballos de potencia— es la más potente y equipada la protagonista de esta prueba.

Evolucionado
A pesar de la tremenda evolución que ha supuesto esta tercera generación del MX5 con relación a los modelos precedentes, Mazda ha sabido conservar sus principales señas de identidad, aunque convenientemente adaptadas a los nuevos tiempos. El MX5 continúa fiel a la tracción trasera, con un reparto de pesos del 50% en cada eje. No cabe duda de que el modelo nipón está pensado para disfrutar de la conducción, especialmente, en  carreteras de curvas donde hace gala de una notable estabilidad y, sobre todo, de unas reacciones rápidas y de una proverbial agilidad.

El bajo centro de gravedad y la posición de conducción invitan a una conducción deportiva, proporcionando al conductor toda una serie de sensaciones que muy pocos modelos en el mercado son capaces de transmitir.

 

El motor más potente en el que está disponible esta generación es el 2.0i de 160 caballos de potencia. Se trata de un propulsor que encaja perfectamente con la filosofía del modelo, con una banda de utilización que le confiere la suficiente suavidad y confort como para sentirse cómodo rodando entre el tráfico urbano o a los ritmos suaves a los que invita circular con el techo plegado, pero con el suficiente carácter como para satisfacer las necesidades de quienes quieran explorar las cualidades deportivas a las que invitan el poco peso, el bajo centro de gravedad y la excelente estabilidad de todo el conjunto.

 

Carácter lúdico
Aunque no renuncia a una cierta funcionalidad para un uso diario, el MX5 es un vehículo de marcado carácter lúdico. Es cierto que presenta ciertas limitaciones marcadas tanto por sus dimensiones como por el propio concepto del vehículo.El interior es el de un auténtico biplaza y, aunque no sobra espacio, lo cierto es que las plazas —siempre que no se sea demasiado alto— ofrecen la suficiente holgura como para poder viajar con una buena dosis de confort.

En el diseño interior predominan las líneas rectas y, aunque se trata de un diseño moderno, contribuyen a dar un cierto toque de clasicismo. En esta misma línea se puede enmarcar la propia postura de conducción, en la que el conductor va sentado muy bajo y con el volante muy vertical, como si se tratase de un clásico descapotable, pero con todas las virtudes y ayudas electrónicas de los modelos más modernos.

 

Los asientos presentan un buen diseño y por el interior se distribuyen diferentes huecos portaobjetos que resultan muy útiles en este tipo de vehículos. Por último, el ajuste general de todos los elementos es bueno y el interior en su conjunto transmite una sensación de solidez y durabilidad de la que muy pocos coches en el mercado pueden presumir.

 
 

Techo duro
Para los más puristas e incondicionales del Mazda MX5, uno de los elementos más controvertidos de esta tercera generación fue la adopción del techo duro retráctil, en lugar del habitual de lona. El trabajo realizado por Mazda para poder adoptar un techo de estas características sin alterar las cualidades del vehiculo ha sido excepcional y, gracias a esta solución, el MX5 se convierte en un modelo ideal para disfrutar durante todo el año. De hecho, el techo duro del Mazda es el más rápido en plegarse —12 segundos— y el aumento de peso con relación a la versión de techo de lona es de sólo 37 kilogramos, por lo que las cualidades dinámicas del modelo permanecen inalteradas. Por todo ello, el Mazda MX5 es ese pequeño capricho que todo conductor quisiera darse.

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