La Xunta autoriza en Xermade la caza de lobos con el sistema de esperas

El último caso fue una oveja devorada este jueves mientras los vecinos exigen una batida para atajar el problema

Ante el incremento del número de ataques del lobo en la parroquia xermadesa de Piñeiro y tras la presión vecinal para buscar una solución a un problema que genera impotencia, los cazadores probarán las esperas para tratar de limitar las bajas en el ganado.

"Pedimos unha batida e concedéronnos esperas, que che permiten cazar dende un sitio fixo. Esperas e se o lobo pasa por alí podes disparar, pero non rodealo nin seguilo como nas batidas", explica Rubén Carballeira, de la directiva de cazadores del tecor de Aparral, que aunque pertenece a As Pontes limita con Piñeiro y comparte la misma problemática.

"Non é a mellor opción e non sei se dará moitos resultados. Pero hai que aproveitalo porque é o único que nos concederon", indica este cazador, que aunque se muestra poco convencido, porque "os lobos saben que estás alí, son moi listos", asegura que "hai que buscar unha solución". Para el presidente de la asociación de vecinos, Abel Pérez, la medida "é un parche", pero "é menos que nada", resume ante la difícil situación que viven a diario los vecinos, porque el lobo "ataca a plena luz do día e preto das casas".

A la espera de la carta oficial de la Xunta -la comunicación hasta ahora fue verbal- los cazadores solo saben que las esperas se realizarán un día durante el próximo mes en la zona libre -fuera de los espacios acotados- de Piñeiro. "Ata que non manden a carta tampouco sabemos a cantos cazadores se limita", añade Rubén Carballeira, que asegura que la gente "está preocupada e síntese impotente".

Igual que el tecor de Aparral, también solicitaron batidas, respaldadas por más de cien firmas de vecinos, el de Xermade y el de Momán. A este último ya le fueron denegadas y el anterior espera todavía contestación.

El último ataque fue denunciado este jueves en el lugar de Mazandoi, donde una oveja apareció devorada. "Lévame tocado centos de veces, pero facía tempo que non. Hai tres anos matoume 14, o ano pasado sete e este é a primeira", explica Antonio Ramos, que asegura que los vecinos están "un pouco desesperados".

"Saben que vai haber máis ataques e á miña finca vai volver, coas que empeza non para", dice, y cifra en unos 30 animales su rebaño, mientras se queja de que a pesar de que siempre denuncia lleva "tres anos sen cobrar un duro". "Eu non podo estar con elas todo o día, pola noite métoas na cuadra e ataca cando vou comer, entre as dúas e as tres da tarde", explica este vecino.

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