Greenpeace pide el cierre progresivo de las nucleares españolas

Activistas de Greenpeace han proyectado imágenes y mensajes antinucleares en todas las centrales españolas cuando se cumple un mes del accidente de Fukushima para reclamar el fin de la era nuclear.

Se han proyectado a lo largo de la pasada semana mensajes como No más Fukushima, Peligro nuclear o Danger en las centrales de Almaraz, Ascó, Cofrentes, Garoña, Trillo y Vandellós, ha informado hoy la organización a través de un comunicado.

Con estas acciones, Greenpeace pide el final de la era nuclear y la apuesta definitiva por un sistema energético eficiente, inteligente y cien por cien renovable.

En relación a Fukushima, Greenpeace ha pedido al Gobierno japonés que declare "de protección oficial" el área de la central y evacúe a embarazadas y niños, ya que según los análisis hechos por expertos se han medido altos niveles de radiactividad en zonas muy pobladas en un área de 40 kilómetros.

"La población en el área metropolitana de Fukushima podría recibir potencialmente una dosis de radiación de más de 5 milisieverts por año, que fue el límite para la evacuación de Chernóbil tras el desastre de 1986", ha dicho Rianne Teule, experta de Greenpeace en protección radiológica.

Por ello, y mediante acciones pacíficas, Greenpeace ha vuelto a advertir sobre el peligro de las plantas nucleares españolas y ha pedido al PSOE que cumpla su compromiso de cierre progresivo de las mismas.

El parque nuclear español, ha advertido la organización, "está al final de su vida útil y sufre graves problemas de seguridad, especialmente Garoña con una importante corrosión en diversos componentes de la vasija del reactor, que es el corazón de la central, donde se encierra el combustible de uranio".

Greenpeace ha calificado de "muy deficiente" la cultura de seguridad de la mayoría de los titulares de estas centrales y ello, ha añadido, "ha provocado situaciones de riesgo muy graves (Garoña, Cofrentes, Vandellós-2), e incluso escapes radiactivos al exterior (Ascó-1)".

También ha reiterado su "alta vulnerabilidad" frente a posibles ataques terroristas o ante el impacto de un avión de pasajeros o de un misil.

Un día antes de que se debata en el Congreso de los Diputados una proposición no de ley del PSOE sobre estas pruebas y sobre el cierre de Garoña, Greenpeace pide por ello que se incluyan en los "stress test" que se van a realizar una serie de pruebas sobre posibles ataques terroristas, cibernéticos o sabotajes.

Solicita además que se pruebe la integridad y resistencia del conjunto del sistema primario de los reactores, de sus sistemas de contención primaria y secundaria, así como de la capacidad de respuesta de los sistemas de refrigeración de emergencia ante situaciones como las ocurridas en Fukushima, como falta de refrigeración del combustible, daño o fusión parcial del núcleo.

Comentarios