El mundo vuelve la vista a Vietnam

Vista aérea de los criaderos de cat fish en el Missisippi
photo_camera Vista aérea de los criaderos de cat fish en el Missisippi

Los rumores sobre la salubridad del panga han hecho volver la vista a Europa de nuevo a Vietnam, concretamente hacia este sector pesquero.

Las autoridades sanitarias noruegas han ordenado retirar este producto de la venta en todo el país. El veto llegó tras detectar un caso de intoxicación en un hombre que había consumido un filete de panga en el que se encontraron restos de bacterias peligrosas.

El pasado mes de mayo la televisión francesa emitió dos documentales, La saga del panga y ¿Qué es el panga?, que mostraban lo relativo de las condiciones de higiene en las que se alimenta a estos peces en las granjas de cultivo.  Jaulas de cereal sobre las que se pasean vietnamitas descalzos, e inmersiones en el río para recolectar -más que pescar- cuestionan, según estos programas, la aptitud para el consumo del panga.

Rusia, el mayor mercado para el panga vietnamita – España es el tercero- , suspendió las importaciones durante un tiempo, después de que el Servicio Federal de Vigilancia Veterinaria y Fitosanitaria encontrara problemas en su viaje para analizar la calidad de las aguas del Mekong.

Sin embargo el gigante soviético ha reanudado ahora las importaciones, e incluso ha firmado un convenio de colaboración con la VASEP. Acuerdo con el que pretenden elaborar estrategias comunes de negocio y por el que se comprometen a ayudarse mutuamente para pasar los controles de seguridad conforme a los estándares internacionales en materia de productos del mar.

Además de en los métodos de alimentación, varios países han centrado sus sospechas en las dudas acerca del grado de contaminación y estancamiento de las charcas en las que se cría el panga. Sin embargo la Asociación de Exportadores de Alimentos del Mar de Vietnam (VASEP), asegura que las aguas del Mekong fluyen y pasan estrictos controles de salubridad. Incluso los de científicos de la Administración Americana de Alimentos y Fármacos (FDA), que prohibió su consumo.

EEUU, la guerra al fondo
En EEUU es un alimento ilegal, después de que la FDA prohibiese su uso para el consumo humano. Los análisis que la autoridad alimentaria estadounidense había realizado a piezas de panga revelaban presencia de antibióticos y substancias prohibidas, utilizados probablemente para el engorde de los peces.

La prohibición llegó  tras una prolongada polémica que llegó en 2001 hasta el Congreso de los Estados Unidos. Según Vasep, se debe a una estrategia puramente comercial, ya que sus bajos precios compiten con los del catfish criado en el Mississippi.

Usado tradicionalmente para alimentar a la población negra pobre – en EEUU es famoso el refrán de que a los negros les gusta comer catfish, pollo frito y sandía-, la del catfish era una industria muy rentable para los cultivadores del Missisippi hasta la llegada del pescado vietnamita, similar en sabor y apariencia, pero más barato.

El Catfish Institute empezó a reivindicar entonces su calidad superior frente a las incógnitas que se escondían tras el género importado de Asia y la salubridad de sus aguas. Sin embargo, en Vietnam se preguntan si las aguas estadounidenses pasan los controles y abren una cuestión: los cultivadores vietnamitas beben agua del Mekong. ¿Beben acaso los americanos la del Mississippi?

Una batalla en la que se entremezclan resquicios de la guerra de Vietnam. Las granjas de panga han sido creadas en el marco de una estrategia de reforestación de los pantanos destruídos por la guerra. Un programa cuyo éxito, dice VASEP, quiere contravenir EEUU.

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