Aquí sí hay playa...y osos

Un ribadense avista a plena luz del día en el vial entre Ribadeo y Barreiros un plantígrado de color pardo al que el Seprona sigue la pista
Valea (en el centro).
photo_camera Valea (en el centro).

Es tan poco frecuente que un oso alcance la costa que ayer en la localidad ribadense la noticia corría como la pólvora, sobre todo en las parroquias, entre la gente de campo y los cazadores. La Guardia Civil tenía constancia de que anteayer, a las tres de la tarde, y en el kilómetro 5 de la carretera del interior que une Barreiros con Ribadeo, la LU-133, fue avistado un oso. Un vecino del cercano barrio ribadense de Vilamariz lo vio. Ya que estos ejemplares están protegidos, personal de la Consellería de Medio Ambiente y una patrulla de guardias acudieron al lugar y comprobaron las huellas que podría haber dejado para seguirle la pista.

No pudieron ver al oso pardo, pero sí observaron que en la maleza había un gran agujero y varias marcas.

«Ultimamente ven moitos pero despois achégaste e non hai nin rastro», matizaba ayer por la tarde el presidente de la sociedad de cazadores de Ribadeo O Faisán, Luis Jartín. Buscó por la zona huellas del animal y él no halló ninguna.

"Pasa cada vez máis por estas datas que vén pola zona algún macho en celo", afirman los cazadores

Sobre si pudo haberse alimentado en los comederos que en los montes cercanos ofrecen los cazadores para evitar que los jabalíes dañen las cosechas, Jartín señaló: «Reviséinos todos e estaban case cheos, non había ningún sinal de paso de animais».

Tanto él, como otros cazadores de A Mariña consultados, consideran que «por estas datas é cada vez máis frecuente ver algún exemplar, sobre todo son machos en celo, de entre dous e catro anos, que veñen dos montes da Fonsagrada e do límite de Asturias onde abundan máis que aquí. Veñen tentando ampliar o territorio e buscando femias e alimento», opinan.

«La gente debe ir acostumbrándose a estos avistamientos porque, principalmente, el Occidente de Asturias se está convirtiendo en una zona reproductiva para los osos y su población se va recuperando. Tanto es así, que el censo de ejemplares era de 200 en esta área geográfica el año pasado por estas fechas», señaló Roberto Hartasánchez, presidente del Fondo para la Protección de los Animales (Fapas).

«No era habitual verlos cuando no había osos, pero su población aumenta y se va consolidando, gracias a núcleos de reproducción como los de Somiedo, Belmonte de Miranda o la guardería de Ibias, donde hay una hembra que cría», matiza el naturalista. El experto cifra en unas 40 osas reproductoras las que pueblan actualmente el Occidente, la zona central de Asturias y los límites de ésta con Galicia y León.

Uno de los tres miembros de la directiva del colectivo de apicultores Os Abelleiros, el secretario Antonio Valea, asegura que además el oso pasó relativamente cerca de sus colmenas. De hecho, los otros integrantes de la entidad también disponen de ellas en terrenos colindantes al lugar por donde pasó, en Vilela y en Covelas. Tal vez pecase de goloso el animal al acercarse demasiado a los colmenares.

Una amenaza más a la que deben enfrentarse las abejas, aparte de la más letal para ellas que es la de las avispas velutinas.

En abril del año pasado fue avistado otro plantígrafo, por la noche, en el vial trabadense de Fórnea. Quienes lo vieron pararon en seco el coche para dejarle pasar. Ese mismo verano, hizo furor en las redes sociales el vídeo que grabaron unos conductores, también de madrugada, en una carretera asturiana de Somiedo, circulando detrás de otro ejemplar durante unos metros.

Abatir un oso está penado con multas y penas de prisión incluso de un lustro, como la que pedían para un vecino de Narcea.

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