Zahara: "La valentía para escribir 'Puta' me llegó tras un año yendo a terapia"

La artista es uno de los platos fuertes de este San Froilán ► Actúa este miércoles 5 de octubre, a las 22.00 horas, en la Praza Horta do Seminario
Zahara. EFE
photo_camera Zahara. EFE

Zahara (Úbeda, 1983) es hija de un maestro de música y canta casi desde que nació. Tras más de dos décadas sobre los escenarios, reconoce que la música ha sido su "salvación" y que, gracias a ella, consigue ahondar en sus heridas para poder sanarlas. Autora de canciones que reivindican el fin del patriarcado, el cuestionamiento de los cánones de belleza o la lucha contra las imposiciones capitalistas, se convirtió en un icono del derecho a la libertad de expresión cuando su cartel de Puta fue retirado de las calles de Toledo en 2021. Este miércoles 5 de octubre, en el marco de las fiestas del San Froilán en Lugo, actúa en la Praza Horta do Seminario a las 22.00 horas. Sin duda es uno de los conciertos más esperados de las fiestas.

Lleva 20 años de carrera musical. ¿Qué balance hace?
Cuando yo empecé a dedicarme a la música, mi único sueño era hacer canciones. Siempre, desde muy niña, me imaginé haciendo música; aprendiendo y evolucionando con ella. Ahora me hace muy feliz ver que, tantos años después, la música sigue conmigo. Además, con el tiempo he ido aprendido a utilizarla como vehículo para compartir lo que pienso y lo que siento. Veinte años después, siento que ambas hemos aprendido a comprendernos.

Dice que usa la música para compartir lo que piensa. ¿Fue ese uno de los principales detonantes que la impulsó a tener su propio sello discográfico?
La verdad que sí. Fue algo, no obstante, que me costó, porque, cuando eres tan joven y llega un sello tan grande a interesarse por ti, te da mucha seguridad. Sin embargo, el resultado es que trabajas para una gran empresa en lugar de trabajar para ti. Entonces, aunque la música era algo que nacía en mí para permitirme expresarme, se acababa convirtiendo en algo que pertenecía a otras personas, y eso me voló la cabeza para mal. Lo mejor que pude hacer fue marcharme.

¿Su nuevo sello la llevó a aprender otras cosas relacionadas con el emprendimiento, por ejemplo, o dejó que de eso se ocuparan otras personas?
Sí, sí, me llevó a aprender otras muchas cosas, porque el sello lo empecé yo sola. Es verdad que mi manager, Nacho, había trabajado en Sony anteriormente y tenía mucha experiencia, por lo que su ayuda fue fundamental para mí, me sirvió de mucho. También me dejé asesorar por otros músicos que habían montado su propio sello, pero el trabajo lo he llevado yo completamente en solitario. De hecho, he estado sola hasta Puta, mi último disco, llevándolo yo absolutamente todo. Ha sido un aprendizaje agotador, pero precioso, basado en la intuición y en la observación. También en el ir poco a poco y en aportar una visión diferente al sector.

Es una mujer muy valiente porque se ha atrevido a cantar cosas distintas y a cometer actos polémicos. Sin embargo, esa valentía no es gratuita, ¿verdad?
Claro que no. Y, para llegar a ella, es necesario pasar por un proceso largo y complejo. De hecho, reconoce que si no hubiera ido a terapia, jamás hubiera podido lanzar Puta. De ningún modo. La música ha sido mi salvación, siempre me ha ayudado a sobrevivir; pero una de las cosas que yo también tengo clara de los procesos creativos es que, aunque ayudan a abrir heridas y pueden utilizarse como algo terapéutico, no son suficientes para cerrar esos traumas después. Está muy bien abrir, pero también es necesario cerrar, terminar todo ese proceso, y, para ello, hay que acudir a un profesional. Es el terapeuta quien te ayuda a gestionar todas esas emociones y a colocarlas en un lugar que te permita vivir sanamente. Antes de escribir Puta, yo ya llevaba un año en terapia para poder superar diversos traumas. Yo creo que no hubiese tenido la valentía necesaria para escribir esas canciones si no hubiera hecho terapia con mi psicóloga.

¿Esos traumas tienen que ver con los cánones de belleza en los que tantas veces ha dicho haberse sentido presa?
Totalmente. A mí me pilló la adolescencia en los 90, una época donde había una presión increíble con el tema de la belleza. Todas las referentes que teníamos las jóvenes eran de cuerpos extremadamente normativos, delgados, fibrosos, vientres planos... No bastaba con ser delgada, había que ser delgada de una manera concreta. Todo esto me afectó muchísimo, y eso que mi cuerpo era delgado, pero no tenía, por ejemplo, las curvas que yo veía en otras mujeres-referentes. En lugar de valorar mi cuerpo, que es maravilloso sea como sea, lo que hacía era compararme todo el rato con esas modelos que no me representaban, y lo pasaba francamente mal. Además, en aquella época, si querías dedicarte a la música, parecía que tenías que ser bella, tener buen cuerpo..., mientras que los hombres podían ser de cualquier manera: gordos, bajitos o calvos. Entonces, toda esa presión está ahí por mucho que tú intentes luchar contra ella.

¿Cree que eso va cambiando?
Afortunadamente ha cambiado un poco. Cada vez hay más modelos y más referentes heterogéneos, pero es cierto que, en muchas series mainstream, sigue habiendo poca diversidad. Vamos avanzando, pero todavía queda mucho.

Ahora también es madre. ¿Es difícil educar a un niño cuando es bombardeado con referentes poco heterogéneos?
Sí, aunque yo lo que intento es que se cuestione; que comprenda que lo que ve no es toda la sociedad, sino una parte minúscula. Intento que se haga preguntas y que aprenda a revelarse contra los estereotipos, que se lo tome como un reto. Y que vea que la belleza está en la diversidad, no en lo contrario.

Precisamente estamos en un país de una diversa riqueza cultural. Aunque usted es andaluza, ¿tiene algún tipo de conexión con la música gallega?
¡Sí! Justamente mi padre, que es maestro de música, siempre ha escuchado composiciones renacentistas —que me consta que tienen mucha relación con la música tradicional gallega—. Además, en casa se escuchaba mucha música celta. En ese sentido, he tenido una infancia muy conectada con Galicia. Más allá de esto, yo, que siempre estoy en continua búsqueda, siento que ahora estamos en un momento precioso de músicos y músicas actuales que están recuperando sus raíces con la música tradicional andaluza o gallega, como Tanxugueiras, que me encantan; o Baiuca, que aúna electrónica y tradición y me parece una pasada. Es muy bonito ver cómo se está recuperando la tradición a la vez que se evoluciona.

Comentarios