La de Lugo es la única provincia gallega que cuenta con un servicio de transporte en taxi de pacientes a los centros sanitarios en donde reciben el tratamiento de hemodiálisis. El Sergas acaba de renovar el acuerdo con la Asociación de Lucha contra las Enfermedades Renales (Alcer) para financiar con 634.000 euros esta asistencia, que utiliza el 83% de los enfermos que acuden a los hospitales públicos de Lugo, Burela y Monforte de Lemos -195 de 234-.
Veintitrés vehículos realizan esas rutas, de cuya coordinación se encarga Alcer Lugo. Este servicio, que nació para atender la dispersión poblacional de la provincia, es fundamental para que los enfermos pasen el menor tiempo posible en el trayecto.
El delegado territorial de la Xunta, José Manuel Balseiro, visitó este martes las instalaciones de esta asociación constituida hace 37 años en Lugo, en donde se reunió con su presidenta, María José Otero, y personal técnico, que le presentaron este servicio de transporte y los programas pilotos de diálisis domiciliaria y Medrar con Alcer, de apoyo psicoeducativo a los menores que sufren esta enfermedad.
"Paga a pena calquera esforzo que fagamos co obxectivo de mellorar a calidade de vida de persoas e familias que sofren insuficiencia renal crónica e sensibilizar", afirmó José Manuel Balseiro.
OTROS PROGRAMAS. El de diálisis domiciliaria, en marcha en el Hula, se ofrece en dos modalidades: peritoneal y portable domiciliaria. La primera cuenta con 48 enfermos que emplean una máquina instalada en su vivienda y de uso habitualmente nocturno. A estos pacientes hay que añadir otros ocho que disponen de una portátil, que reciben asesoramiento del servicio de Nefrología, tanto para su manejo como para el seguimiento de los resultados.
Esta experiencia reduce al mínimo el número de desplazamientos de los enfermos a centros sanitarios para recibir tratamiento. Además, los pacientes pueden escoger horarios y adaptar su actividad diaria, incluida la laboral, por lo que ganan en autonomía.
En el programa Medro con Alcer, con el que colabora la Consellería de Política Social con 21.000 euros, dos trabajadores sociales y un psicólogo tratan de ayudar a los menores a adaptarse a la enfermedad y mejorar su calidad de vida.
