La Xunta premia el esfuerzo en Eso de una brillante joven con daño cerebral

La superación guió la existencia de Lucía Penelas, que sacó un 9,41 de media y logró mejorar su calidad de vida tras seis años de terapias en casa pautadas por un centro de Estados Unidos
Lucía Penelas García, una de los veinte alumnos de la Eso galardonados este año por la Xunta. XESÚS PONTE
photo_camera Lucía Penelas García, una de los veinte alumnos de la Eso galardonados este año por la Xunta. XESÚS PONTE

Algo se adivinaba ya en aquella niña que, pese a su daño cerebral, comenzó a leer sola con tres años cuando su madre, María José García, la entretenía con cuentos y, de paso, le enseñaba a silabear ayudándole a pasar las horas que la mantenían atada a una silla dado que aún no empezaría a andar hasta cumplidos los cuatro.

Aquel afán por la lectura que se despertó ya con tres años fue recompensado este jueves, con dieciséis, cuando la Consellería de Educación publicó en el Diario Oficial de Galicia los veinte ganadores de la última convocatoria de los Premios ao Esforzo e á Superación Persoal en la Eso. Una de ellos es Lucía Penelas García.

"Superchulo", fue lo que dijo el jueves esta joven, con una inmensa sonrisa, tras enterarse de la noticia. Un premio al que fue propuesta por el colegio donde finalizó la Eso, el San José, con un 9,41 de media en la Eso y sin adaptación curricular, y donde ahora estudia primero de BAC en la especialidad de Humanidades. "Quizás haga Traducción e Interpretación o Magisterio, no lo sé. Aún necesito juntar las últimas piezas del rompecabezas para saberlo", anticipa, aunque también declara su afán de aprender otras lenguas como italiano, chino o japonés.

El esfuerzo y la superación personal marcaron su vida desde que nació

Lucía dedica dos horas diarias a estudiar y, además, también va a piano y a inglés como actividades extracurriculares. El esfuerzo y la superación personal marcaron su vida desde el mismo momento en que nació, prematura y con solo seis meses de gestación, lo que la llevó, al poco tiempo, a un daño cerebral derivado de una hemorragia que tardó en reabsorberse. "Me tuvieron que operar para que no me quedase ciega", dice. Pero su historia de lucha por la vida todavía acababa de empezar.

Durante seis años y ocho horas diarias sin interrupción, Lucía repitió las pautas de los ejercicios que dos veces al año le dictaban desde el prestigioso Instituto para el Desarrollo para el Potencial Humano, ubicado en Filadelfia (Estados Unidos) y dirigido por el doctor Glenn J. Doman, autor de un revolucionario método para niños con lesiones cerebrales. Y los resultados están ahí.

Ocho horas diarias de entrenamiento durante seis años

Lucía llegó a Estados Unidos tras acudir sus padres a una conferencia, organizada por Bertín Osborne en Valencia, en la que se hablaba del método Doman para niños con lesiones cerebrales.

¿Cuánto duró la terapia?
Desde los 6 a los 12 años.

¿En qué consistió?
Eran pautas diarias de ocho horas de ejercicios físicos, nutricionales y psicomotrices, en los que se involucraron los padres y también las abuelas. Entre otros ejercicios, tenía que hacer 1,5 kilómetros al día de gateo y 800 metros reptando.

¿Cómo mejoró?
Pasó de caerse por no tener equilibrio a caminar con seguridad, apoyar el pie y subir y bajar escaleras. También mejoró su psicomotricidad fina.

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