La Xunta se niega a decir al Concello cómo tiene que tirar O Garañón

Replica el gobierno local que Patrimonio informará sobre el proyecto que presente, no antes

Vista del edificio de O Garañón. SEBAS SENANDE
photo_camera Vista del edificio de O Garañón. SEBAS SENANDE

La Xunta se niega a decirle al Concello de qué manera aplicar las sentencias del TSXG sobre O Garañón. La Administración local pidió que fuese la dirección de Patrimonio la que aclarase qué debía hacer ahora porque entendía que, si ese departamento había entendido que el edificio no armonizaba con el entorno, ahora debía ser también el que se determinase de forma objetiva cómo podía armonizar. En concreto, lo que demandaba era que se pronunciase sobre si la demolición debía ser total o si sería suficiente con una parcial.

La administración autonómica le replica que debe presentar un proyecto técnico de demolición y Patrimonio informará sobre él. "Facelo ao revés sería pervertir a norma e fuxir da súa exclusiva responsabilidade", recuerda.

También critica que el Concello pida ahora asesoramiento a la Xunta, cuando estima que hasta este momento ha aplicado una "política de feitos consumados". Llega tarde esa petición ya que defiende que "ese momento previo a autorizar a construcción e non outro, era no que desde o Concello terían que ter resolto as dúbidas que puideran existir sobre esta autorización".

Llegados al punto en el que existe una sentencia firme que obliga al Concello a reparar la legalidad porque fueron anuladas tanto la licencia de urbanización como la de construcción, la Xunta recuerda que el Concello tiene que cumplirla.

Además, la Xunta replica a la petición del Concello recordándole que es quien tiene la competencia para aplicar el criterio de "armonización con el entorno", un punto sobre el que "non cabe intercambio de pareceres en abstracto".

Cuando el Ayuntamiento avanzó su intención de pedir explicaciones a la Administración autonómica sobre cómo debía aplicar la sentencia —si era preciso tirar íntegro el edificio o bastaría con derribar una parte para considerar que ya sí armonizaba con la zona— ya fue ampliamente criticado por los grupos de la oposición. Estos entendían que se trataba de una maniobra para no decidir cuanto antes sobre una medida cara y que podía resultar impopular.

A semejante conclusión llegó entonces la asociación En Defensa del Parque, que promovió la denuncia que resultó en la sentencia del TSXG. Sin embargo, y aunque estimaba que la meida del Concello de pedir asesoramiento a la Xunta pretendía "marear la perdiz", consideraba positiva la colaboración entre administraciones. Alertaba de que, de no darse, cabía la posibilidad de que el Ayuntamiento presentase, uno tras otro, proyectos de mínimos, empezando por la demolición de la planta superior, siguiendo por dos plantas y así sucesivamente hasta acabar con uno que acabase por ser aceptado por la Xunta. De esa manera, la demolición completa del edificio tardaría aún mucho en llegar.

La Xunta acusa al Concello de hacer un "exercicio de escapismo" con este caso.

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