La Xunta de Galicia alerta del riesgo de entrar en las cuevas de As Catedrais

Una semana después del accidente mortal, colocó nuevos carteles y sigue habiendo turistas

Visitantes, entre las rocas de As Catedrais. JOSÉ Mª ÁLVEZ
photo_camera Visitantes, entre las rocas de As Catedrais. JOSÉ Mª ÁLVEZ

La nueva señalización que el personal de la Xunta de Galicia colocó este mismo viernes, por la tarde, por todo el monumento natural de As Catedrais, disuade de caminar por los lugares de más riesgo: "En la visita a la playa, extreme las precauciones. No debe acercarse a la parte inferior de los arcos y acantilados, ni entrar en las cuevas y grutas marinas". Son las primera medidas adoptadas por la Administración, con el ánimo de evitar accidentes graves o incluso mortales, como el que sufrió una turista vallisoletana el pasado sábado, en el enclave.

"El problema es que mucha gente ni siquiera lee los carteles, o la señal de peligro que hay precisamente en esa cueva o en la de al lado, y luego está el sentido común de cada uno", matizaban ayer turistas que sabían de lo sucedido hace una semana. El matrimonio de Zarautz, formado por Gema Garrastazu y Patxi Uranga, hospedados en Ribadeo, considera que lo principal es la precaución que cada uno adopte, ya que es algo que puede pasar en cualquier paraje natural. "Por ejemplo, hubo un accidente, aunque no mortal y hace tiempo, en el Flysch de Zumaia, una formación geológica de 60 millones de años que también hay que visitar con marea baja. Y en una de las tirolinas del parque navarro de Baztán también había fallecido un hombre en 2015, y eso pese a que se trata de lugares muy frecuentados donde nunca había ocurrido nada", señalan, al tiempo que lamentan lo ocurrido.

Ellos y otros turistas, como el matrimonio madrileño formado por Cristina Prada y Luis Rodríguez, -que se encontraban pasando unos días en Puerto de Vega y que visitaban por primera vez el arenal- se mostraron precavidos con la visita. "Por ejemplo ahora con la escalera de acceso mojada, las rocas en la arena húmedas y todavía algo de mar alta, no lo vemos seguro para bajar, pero estamos viendo cómo hay quien sigue adelante, incluso asomándose al acantilado, pese a que hay advertencias sobre eso", matizaban.

Visto este viernes —que no pertenece a la temporada alta, con la caseta de turismo cerrada, aunque sí estaba abierto el restaurante y con un buen número de visitantes pese a la lluvia, los turistas consultados echaban en falta "que haya alguien que atienda y que vigile. Es un riesgo dejarlo así de desprotegido con tanta gente como recibe este arenal".

Opinan que, pese a lo ocurrido, no se debe cerrar el paso a un entorno público y natural como éste. Los turistas madrileños recordaban que El Retiro se cerró al menos dos días por el fallecimiento de un niño aplastado por un árbol que se desplomó sobre él, pero también consideran que quizás sea más fácil ver en un entorno cerrado si hay árboles podridos, que prever con la misma concreción que unas rocas de un acantilado van a desprenderse.

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