Juzgados por venderle a una tienda de Lugo ropa china como si fuera de lujo

La denunciante compró varias prendas "de una prestigiosa marca", pero se llevó una sorpresa cuando vio los mismos artículos en un comercio chino de la ciudad al 10% del precio que ella tenía
photo_camera La denunciante montó una tienda en la Rúa San Pedro.

Dos acusados de estafar a una emprendedora lucense -al venderle ropa china como si fuera una marca de reconocido prestigio- negaron este miércoles los hechos en la Audiencia Provincial de Lugo y desviaron la responsabilidad a una tercera persona, al parecer un exsocio de la empresa que le vendió sus participaciones a uno de los acusados.

Según reza el escrito de conclusiones provisionales de la Fiscalía, el 19 de marzo de 2014, una lucense suscribió un contrato con la entidad E. Outlet S.L., que tenía como nombre comercial El Cajón de la Tele y contaba con varias franquicias por toda España. Los acusados, que actuaban como administradores únicos de la entidad, acordaron que la emprendedora abonaría 6.000 euros en concepto de reserva de zona y servicios adicionales y la entidad le suministraría "prendas de primeras marcas reconocidas internacionalmente".

La mujer abrió la tienda, en la Rúa San Pedro, y en el mes de junio les dijo a los acusados que estaba interesada en adquirir nueva mercancía. Los proveedores le presentaron entonces una marca novedosa y se ofrecieron a retirarle la mercancía que no había vendido, abonando una cantidad de 300 euros adicionales.

Según le explicaron, la nueva marca, denominada Amelie Amour, era una prestigiosa firma fundada en París en 1976 y sus prendas se producían en una fábrica a 15 kilómetros de la capital francesa, realizando en sus talleres todo el proceso de manufactura. Sin embargo, según apunta la Fiscalía, "las citadas prendas habían sido fabricadas en un almacén de venta al por mayor en España y posteriormente reetiquetadas por los acusados".

La lucense adquirió un lote de prendas prensando que se trataba de una marca prestigiosa, pero se llevó una sorpresa mayúscula cuando entró en un comercio chino de la capital y vio que tenían exactamente las mismas prendas que ella vendía en su tienda, pero al 10% del precio que ella les había marcado. La mujer denunció inmediatamente a los acusados y posteriormente acabó cerrando su comercio.

Durante la vista oral celebrada este miércoles, el acusado O.G.S. afirmó que desconocía la marca Amelie Amour y que jamás se la había ofrecido a la denunciante.

El otro imputado, J.M.M. contó que se trataba de una marca propia de la entidad y reconoció que compraban las prendas en un polígono madrileño y que posteriormente las reetiquetaban. "Es una práctica habitual y nos sorprendió mucho la denuncia. En el contrato con la denunciante figura que distribuimos marcas de reconocido prestigio, pero también otras menos conocidas. Al mes de abrir, ella nos dijo que no vendía y le ofrecimos de buena fe nuestra marca, ya que estaba funcionando muy bien, pero no nos consta que llegara a comprar ningún lote. El dosier sobre el origen del nombre de la marca lo hizo un exsocio", aseguró. Las acusaciones mantiene que los dos acusados actuaron a conciencia y piden su condena.

El fiscal pide 18 meses y la afectada solicita tres años
El ministerio fiscal considera que los acusados cometieron un delito de estafa y solicita para ellos sendas penas de año y medio de cárcel y 6.350 euros de indemnización. La acusación particular, por su parte, considera que es una estafa agravada y eleva la petición para cada uno a tres años de prisión, multa y 16.350 euros de indemnización.

UN TESTIGO EN CHINA. Los letrados defensores solicitaron suspender la vista porque la persona que vendió las prendas, citado como testigo, es de origen chino y está en su país. El Tribunal denegó la suspensión.