Xoán Montes recupera lustre

El busto del músico lucense se restaura y se colocará el mes próximo en la Praza Maior, en reconocimiento a la importancia de su legado
Teresa Martínez, trabajando en el busto de Xoán Montes. XESÚS PONTE
photo_camera Teresa Martínez, trabajando en el busto de Xoán Montes. XESÚS PONTE

Uxía Aguiar Ballesteros y Teresa Martínez Armada preparan a Xoán Montes para volver a ocupar un lugar de privilegio en la ciudad, en la Praza Maior, que haga honor a su legado. Las restauradoras del estudio Parteluz ponen a punto el busto que realizó el escultor Eugenio Duque y que fue fundido en Barcelona, en 1903, como homenaje popular al compositor que hizo grande la música en Lugo.

El trabajo de las restauradoras se centra en corregir los problemas que sufre el monumento por los efectos de décadas de vida a la intemperie y la reubicación, prevista para febrero, permitirá evidenciar una monumentalidad que pasaba desapercibida en los jardines de San Roque, donde el busto de Montes aparentaba una modestia que en realidad no tiene.

Y es que la escultura tiene más empaque de lo que parece. Un pedestal de granito de 2.000 kilos soportaba el busto, de bronce y con un peso de unos 120 kilos, y que en su día supuso un gran éxito de una operación que hoy se consideraría de crowfunding. Y es que la talla la pagaron los lucenses, peseta a peseta, mostrando así el respeto de los vecinos al autor de la emblemática Negra Sombra y creador de la Banda Municipal de Lugo, entre otros notables méritos como músico.

La escultura se instaló en sus orígenes en Santo Domingo y en 1949 se trasladó a San Roque, coincidiendo con la urbanización de esa calle y la creación del jardín, y aprovechando que también se remodelaba en aquella época la Praza de Santo Domingo.

PÁTINA DE HISTORIA. Ahora irá a la Praza Maior y volverá restaurada. Eso no quiere decir que los lucenses vayan a ver un monumento de brillibrilli. No, la pátina que ha dejado el tiempo no se borrará. No se trata de sacar brillo al busto, sino de controlar el proceso de degradación. Para ello, la figura se ha tratado con biocidas que permiten corregir los procesos de corrosión, detalló Uxía Aguiar, la responsable de Parteluz, durante una visita que realizaron Rubén Arroxo y Maite Ferreiro, teniente de alcalde y concejala de cultura, junto a representantes de colectivos culturales.

También en la placa de mármol en la que se apoya el busto se mantendrán buena parte de los rastros que ha dejado el tiempo. Las escorrentías del bronce no desaparecen, advirtió la restauradora.

El busto costó 4.000 pesetas
El busto de Montes costó unas 4.000 pesetas y retrata al músico en su edad madura. Murió con 59 años y la pieza debe ser reflejo de una de sus últimas fotografías, detallaba este viernes Fernando Gómez Jácome.

Concurso de ideas
El escultor, Eugenio Duque, era un artista asentado en A Coruña y fue elegido a través de un concurso de ideas.

Laureles
En el mármol en el que se apoya, hay tallados laureles y flores, "iconografía clásica" de las artes, decía Uxía Aguiar.

 

Parteluz trabaja en la restauración de la pieza, pero también en su reubicación en la Praza Maior, un proceso que tendrá como primer paso una excavación arqueológica en el lugar en el que se pondrá el pedestal. El Ayuntamiento sufraga la actuación, con un presupuesto de 18.000 euros.

Montes irá a la Praza Maior no solo porque es el gran espacio público de la ciudad, sino porque en ese entorno se fraguó su obra y su personalidad, como músico, ya que sus tres grandes escenarios de actividad estuvieron en la catedral, el Círculo de las Artes y el quiosco de la música, que siempre fue el escenario de referencia de la Banda de Música que él creó.

El traslado de la escultura de Montes la lleva a cabo el Concello, pero es fruto del empeño de colectivos culturales de la ciudad, representados este viernes en la presentación del proceso de restauración del busto y donde referentes de la música actual en la ciudad, como Fernando Gómez Jácome, recordaron el legado de Montes y cómo cuajó la idea de dedicarle un monumento hace unos 120 años.

Fue Alfredo Brañas, recordó Jácome, quien reivindicó que Montes equivalía a la música lo que Rosalía de Castro había representado a la literatura. El busto se pagó con las aportaciones ciudadanas, especialmente de alumnos y músicos que habían trabajado con Montes, recordó.

La campaña, impulsada por Brañas gracias a su gran prestigio y que tuvo la implicación del Círculo, se puso en marcha en 1899 y hubo veladas artísticas para recaudar fondos. Sin embargo, la talla no se hizo hasta 1903.

La talla nunca se inauguró y se busca reparar la injusticia con una figura referente
El busto de Montes no se inauguró nunca y hasta soportó la infamia de estar meses y meses cubierto con un trapo en espera de un acto oficial de descubrimiento que nunca se produjo. Gómez Jácome cree que ahora es el momento, con la vuelta a la Praza Maior, de reparar aquella afrenta.

El busto se fundió en Barcelona, en la fundición artística Masriera Campins, tras acabar la pieza el escultor en junio de 1903. La obra llegó a Lugo en octubre, en un cajón que pesaba 120 kilos y se depositó en el Círculo de las Artes. Hasta enero de 1904 no se colocó en Santo Domingo y, una vez allí, se tapó con un trapo blanco esperando una inauguración que no llegó.

La ignomisiosa farrapa se quitó finalmente más que nada por una especie de vergüenza torera, ya que llegaba a la ciudad de visita el Rey y no se quería que los monarcas vieran la estampa de una escultura escondida bajo un trapo.

El busto estuvo inicialmente en la zona alta de la plaza, frente a lo que hoy es Sargadelos y entonces era Correos. En 1915, tras la remodelación de la plaza, la escultura se trasladó y se colocó frente a la casa de Montes, desde donde se llevaría a San Roque en 1949.

Montes, subrayó Jácome, recibió homenajes populares y de agrupaciones musicales, pero nunca tuvo el reconocimiento oficial. Y eso fue así desde el principio, apuntaba. Recordaba que Brañas impulsó el homenaje, pero este murió en 1900 y no se había empezado a hacer el busto, que al final se logró en 1903.

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