Viviendas vacías de Lugo marcan una realidad urbana que la rehabilitación ya combate

Tanto la ciudad como la provincia alcanzan los mayores índices de casas sin ocupar y de parque urbano envejecido ► La recuperación de inmuebles avanza, pero hay barrios lastrados por el abandono y los hogares sin condiciones
Una vista de la zona de A Milagrosa, uno de los barrios con más casas vacías. AEP
photo_camera Una vista de la zona de A Milagrosa, uno de los barrios con más casas vacías. SEBAS SENANDE

El covid despertó en los lucenses un afán rehabilitador. Pero la tarea es hercúlea. El último informe del Instituto Nacional de Estadística (INE) tiene ya diez años y señalaba la existencia en la provincia de 224.152 viviendas, 45.239 de las cuales estaban vacías en aquel momento.

En la capital, con un censo de 45.239 viviendas, el número de vacías ascendía a 12.370. Lugo está, según los últimos informes del sector inmobiliario, entre las urbes gallegas con más pisos vacíos, en torno al 20 por ciento, y si la tendencia se corrige algo es en gran medida porque el ritmo de construcción de vivienda no fue tan intenso desde la gran crisis que azotó al sector en 2008.

Y en el conjunto provincia, con una sangría demográfica que azota la gran mayoría de las poblaciones, prácticamente solo el fenómeno de las segundas residencias e incluso de los alojamientos vacacionales sirve para paliar una progresiva pérdida de casas por abandono.

Pero el parque de vivienda no está condicionado solo por el gran número de casas vacías, sino también por la antigüedad, cuya media en la capital es de 48 años, según el último informe de Instituto Galego de Estatística, de 2020.

La antigüedad condiciona en buena medida las condiciones de habitabilidad y, así, el informe del Ige señala que el 13,58% de las casas tienen luz natural insuficiente, el 11,6% sufren molestias por ruidos, el 18,10% tienen insuficiente asilamiento térmico y en el 20,23% de las residencias se sufren problemas de humedades.

Pero con los años ha habido mejoras. Las estadísticas señalaban, por ejemplo, que en 1999 había en Lugo 8.955 viviendas con deficiencia graves, un número que se había reducido a 644 en 20020.

luces. Es una prueba de que no todo son sombras y de esas expectativas de mejora da fe Antonio Tort, arquitecto que en 30 años de carrera dedicó buena parte de su actividad a la rehabilitación.

Tort sostiene que "frente al feísmo, se van abriendo espacios de fermosismo" y dice que hoy hay ya mucha gente que "está contenta de poner en valor" casas que antes "ni se miraba para ellas". Contribuye al paso adelante el hecho de que hay muchas ayudas, dice.

Pero eso no quiere decir que no quede mucho por hacer. En Lugo hay muchos barrios plagados de casas vacías o con deficiencias importantes. Y no hay que mirar solo a zonas como A Milagrosa. Hay casos en las Casas Sindicales, Sagrado Corazón o hasta Ramón Ferreiro, relata. Y no se trata solo de Lugo, en todos los núcleos urbanos de la provincia se produce el mismo fenómeno, dice.

No obstante, apunta que ese empuje rehabilitador se empieza a percibir y conlleva también mensajes positivos desde el punto de vista urbanístico. Resulta evidente que, con los datos de población, Lugo no es una ciudad llamada a tener un gran crecimiento del parque de vivienda, "pero sí es viable una ciudad más confortable, con edificios más sanos", opina Tort.

Cree que para lograrlo es importante saber aprovechar las ayudas y también que haya voluntad de las administraciones, que sirva de empuje a los ciudadanos. Hay ejemplos en Galicia de que se puede recuperar ese patrimonio que antes se dejaba caer en el olvido. Allariz, Arteixo, Santiago o Pontevedra son lugares en los que se logró y lo bueno ahora es que ya hay mucha gente orgullosa de querer recuperar ese patrimonio y que reconoce su valor, cuenta.

La inspección de edificios acabó por reducirse a la certificación energética

¿Y en qué estado están las casas vacías? Regularmente saltan las alertas por la amenaza de ruina de edificios, algo que obliga a las administración a intervenir. Pero, en general, el estado del parque inmobiliario es una incógnita.

En Lugo, por ejemplo, una ordenanza municipal obliga a que los edificios más antiguos pasen la inspección técnica (Ite), pero no hay datos actualizados sobre el cumplimiento de esa norma.

Antonio Tort cree que en este momento falta una armonización entre la ordenanza autonómica que también establece que los edificios antiguos deben pasar una inspección y las normas municipales.

El hecho, dice, es que esas inspecciones técnicas parecen haber ido cayendo en el olvido en buena medida y ahora los controles han acabado en muchos casos limitándose a las certificaciones energéticas.

Estas no dejan de ser importantes, advierte Tort, que dice que en Lugo son relevantes de cara a ir superando hechos como que queda mucha caldera de gasoil y tecnologías que ya empiezan a estar superadas y no son eficientes.

Ese tipo de certificaciones energéticas sirven para mejorar los edificios, lo que en muchos casos también pasa por mejorar el aislamiento, no solo por actualizar calefacciones, dice.

Pero, lo mismo que hay quien aborda ya las rehabilitaciones con entusiasmo, el arquitecto también dice que "cuando mucha gente llega mal a fin de mes, es difícil que invierta en eficiencia energética, aunque eso a la larga sea ahorro".

El gobierno local de Lugo dice que su previsión es incorporar en 2022, vía ordenanza, la regulación para que el Concello pueda vigilar el cumplimento de la ejecución de estas inspecciones por parte de los propietarios. Actualmente la administración local no dispone de ningún balance cuantitativo que recoja el número de inmuebles que la han superado ni tampoco el porcentaje de los que necesitarían una mejora en ese sentido.

El Concello de Lugo quiere aprovechar también la llegada de dinero para mejorar la eficiencia energética para establecer un sistema que permita tener datos sobre la implantación de medidas de eficiencia energética de los edificios de la ciudad. Esos fondos europeos llegarán a través de la Xunta y debe ser el momento para tener un mapa actualizado de la situación, sostiene.