Vivía a cuerpo de reina en Ibiza con 23.000 euros estafados a una lucense

Le clonó la tarjeta de crédito a la víctima e hizo 1.400 cargos en su cuenta de compras por pequeños importes en una conocida plataforma de comercio electrónico y en locales de la isla
Una bebida en la playa.STOKPIC (Pixabay)
photo_camera STOKPIC (Pixabay)

Ibiza es uno de los paraísos soñados para pasar unas idílicas vacaciones. Una ciudadana extranjera que reside en esa isla, además de disfrutar de ese enclave turístico, también vivía a cuerpo de reina en él a costa de una vecina de Lugo, a la que, sin su consentimiento, le realizó el año pasado casi 1.400 cargos en su tarjeta de crédito por importe de 23.000 euros en total.

La estafadora presuntamente consiguió clonar la tarjeta de crédito de la víctima para poder de esta manera llevar a la práctica esta fechoría que tan pingües beneficios le reportó.

La víctima tardó en percatarse de lo que estaba ocurriendo porque es una profesional que, debido a sus compromisos laborales, viaja por todo el mundo y tiene un elevado tren de vida.

Además, la ciberdelincuente realizaba cargos de pequeña cuantía, normalmente de entre 10 y 20 euros, que no hicieron saltar las alarmas de los sistemas de detección de posibles estafas con que cuenta la entidad bancaria.

La investigación la llevaron a cabo los agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (Udev) de la comisaría de la Policía Nacional de Lugo a raíz de que la víctima presentase denuncia.

Las pesquisas de demoraron porque infinidad de los cargos eran por compras de una múltiple variedad de artículos en una conocida plataforma de comercio electrónico, que se demoró en atender los requerimientos policiales de información.

Parte de esos casi 1.400 cargos también fueron en establecimientos de hostelería y de otros sectores que están ubicados en la propia isla balear.

Cuando la multinacional de venta online, de origen estadounidense, facilitó la información solicitada, los agentes comprobaron que todos los cargos tenían en común que los productos adquiridos eran enviados al mismo domicilio de Ibiza.

Los investigadores pusieron entonces el caso en manos del juzgado de instrucción de Lugo que estaba de guardia para que emprendiese las acciones contra la estafadora.

EL ENEMIGO EN CASA. La de Ibiza no fue la única estafa relacionada con el cargo de tarjetas que investigaron en las dependencias policiales de la capital lucense. Otro caso vino derivado de la comisaría de Santiago de Compostela. Una vecina de esa ciudad denunció que le realizaron, sin su consentimiento, siete reintegros en su cuenta por una cuantía de unos 1.200 euros en total.

Cuando los agentes compostelanos tiraron del hilo descubrieron que todos los cargos correspondían a las tarjetas de prepago de dos ciudadanas brasileñas. Una de ellas ya había retornado a su país de origen y la otra estaba afincada en la capital lucense.

Los policías procedieron entonces a la detención de esta ciudadana brasileña, que ejerce la prostitución, para aclarar lo sucedido. Esta aseguró que todos esos reintegros fueron el cobro por los servicios sexuales que le prestaron conjuntamente en siete ocasiones ella y su compatriota a un varón.

Cuando los agentes identificaron al hombre que requirió esos servicios íntimos, se encontraron con que era un familiar de la vecina de Santiago que presentara denuncia. Entonces dejaron en libertad sin cargos a la prostituta que había sido arrestada.

Le birlan 30.000 euros a un empresario de la comarca de Lugo mediante phishing

Uno de los ciberdelitos que actualmente está más al orden del día es el phishing, una técnica que consiste en que los estafadores suplantan la identidad de proveedores o empresas de servicios de confianza de la víctima para que les realice pagos.

El último caso que ha trascendido es el de un empresario al que estafaron 30.000 euros mediante esta práctica, que presentó la correspondiente denuncia en la comisaría.

La víctima realizó a mediados de noviembre dos pagos por esos 30.000 euros a un ciberdelincuente que se hizo pasar por sendos proveedores suyos. Remitió correos electrónicos que aparentaban ser de estos y con los números de cuenta en los que se debían realizar los abonos.

Cuando los proveedores reales reclamaron el pago por los productos que habían servido fue cuando se destapó la estafa.

La investigación de los ciberdelitos, que se han disparado en la pandemia, suele demorarse debido a que se puentean las cuentas desde el extranjero, pero en esta ocasión eran de dos entidades financieras nacionales, por lo que los agentes solicitaron su bloqueo.

Los agentes descubrieron que el origen de esa suplantación de identidad estaba en Málaga, por lo que solicitaron la colaboración de sus compañeros de la Jefatura Superior de Andalucía Occidental para detener al autor o autores.

Fuentes policiales consideran que detrás de este caso no se encuentra lo que se denomina mula cautiva, a la que suelen recurrir las mafias para cometer este tipo de delitos.