Técnicos de la dirección de obra y de la empresa Tragsa, que ejecutará la demolición, y personal de mantenimiento del Sergas visitaron este viernes el viejo Hospital Xeral de Lugo para comprobar cómo acometerán el vallado interior y exterior de este recinto, que llevarán a cabo la próxima semana. Además, tendrán que habilitar suministro eléctrico, del que carece el inmueble.
Está previsto que a lo largo de la próxima semana se lleve a cabo el acta de replanteo para que se puedan iniciar las obras de demolición, que durarán unos siete meses y costarán 3,2 millones de euros.
El Sergas aprobó este viernes el estudio de seguridad y salud de este proyecto, que es el último trámite administrativo previo al comienzo de las obras.
Desde hace un par de semanas personal de mantenimiento del Sergas ya está retirando del edificio material que puede ser reutilizado en otras construcciones que acometa este organismo en Galicia, que es trasladado al almacén de que dispone en Santiago de Compostela.
Se trata de climatizadoras, grupos electrógenos, maquinaria de ascensores, tuberías de acero inosidable y cobre, conductos de aire acondicionado, rejería metálica, pantallas de iluminación, barandillas o vidrieras, entre otras instalaciones y material.
