Vidal dice adiós tras 45 años en la hostelería en la capital lucense

Este empresario, que se va a jubilar, trabajó durante una década en conocidos restaurantes de la ciudad y desde 1988 está al frente de su negocio, el café bar Ziro’s, sito en Mártires de Carral
José Manuel Vidal, ante su establecimiento con un cartel que anuncia su despedida. XESÚS PONTE
photo_camera José Manuel Vidal, ante su establecimiento con un cartel que anuncia su despedida. XESÚS PONTE

José Manuel Vidal Pais, al que casi todo el mundo conoce por el primero de sus apellidos, llegó a Lugo en 1978 con la intención, según cuenta, de pasar "un ou dos anos" y se ha quedado 45. En la capital lucense ha desarollado toda su vida profesional. Ahora anuncia que a finales de este año se despedirá y cerrará el café bar Ziro’s, sito en la Praza Mártires de Carral —antes Comandante Manso—.

"Marcharei moi agradecido a toda a clientela e a Lugo en si. A miña idea era vir un ou dous anos", afirma este hostelero, que añade que "a cidade foi tan acolledora comigo que me quedei 45 anos, teños dous fillos, de 36 e 26 anos, e vou ser avó, o maior vai ter unha nena, outro factor para deixalo".

Este lucense de adopción reconoce que le "costou bastante" hacerse a la idea de jubilarse. "Vou botar moito de menos o trato coa clientela que teño aquí desde hai moitos anos. O que temos, fixémplo aquí, pero hai que tomar decisións", asegura.

José Manuel Vidal, que es natural del municipio coruñés de Negreira, llegó a Lugo en 1978, cuando tenía 18 años y tras cursar un ciclo de FP de hostelería en el que hoy es el instituto Lamas de Abade, en Santiago, en donde optó por la rama de servicios.

Vidal recuerda que llegó a Lugo en 1978 para pasar "un ou dous anos" y se ha quedado 45

Ese flechazo con la capital lucense ya lo sintió de adolescente cuando visitó la ciudad en una ocasión con motivo de una excursión escolar y quedó prendado por el atractivo de la muralla romana. Recuerda que entonces se prometió que regresaría algún día. Dicho y hecho.

En sus primeros diez años de oficio —en su etapa de estudiante realizó prácticas en establecimientos de A Toxa (Pontevedra)— ejerció como camarero de sala y de barra en varios restaurantes de la capital lucense. Dos ya no están, Plaza, que se encontraba en la calle Clérigos, y A Parrilla, en la Estrada Vella de Santiago, y un tercero que sigue en activo, el España. Así como en el Gran Hotel Lugo.

En agosto de 1988, junto a su esposa Esther, que es natural de un municipio coruñés próximo al suyo, Brión, abrió el café bar en el que lleva trabajando durante casi 35 años, el Ziro’s.

Decidió pasar de trabajar por cuenta ajena a hacerlo por propia, según recuerda, siguiendo la inercia que se registraba en aquel momento, en el que "houbo moitos camareiros da miña xeración que colleron negocios".

Este hostelero va a ser abuelo por primera vez próximamente, que es otro factor que le ha hecho optar por la jubilación

La elección de Ziro’s también tiene su pequeña historia. Su esposa y él decidieron llamarle así, según cuenta, no por una razón, sino por una batería de ellas. No querían ponerle ninguno de sus nombres de pila. Les gustó el del rey persa Ciro y le cambiaron la C por la Z. Solo localizaron otro negocio con esa denominación, y estaba en Palma de Mallorca. Y en esa época se llevaba mucho en lo de añadirle un apóstrofe.

Estos 35 años, en los que llegaron a trabajar en el café bar el matrimonio y cinco empleados, han dado para mucho. Recuerda que en los 15 primeros abría todos los días de la semana. "Tiñamos moitos estudiantes do campus, antes de que abrira Acea de Olga, e obreiros porque na zona había hostais", explica. Después instaló futbolines y billares y celebró campeonatos. Con la irrupción de los canales de televisión digital proyectaba los partidos de fútbol de Real Madrid, Barcelona, Deportivo y Celta, "sen incidentes", destaca. Desde 2017 abre de 6.30 a 16.30 de lunes a viernes y los sábados hasta las 15.30.

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