Cada recreo, Noa, Natalia, Laura e Inés, del grupo de 5º A del Ceip Menéndez Pelayo, tienen una tarea: la de controlar que los niños de su equipo traigan una comida saludable y reciclen o reutilicen los envases. Cada acción de estas son kilómetros, una especie de puntos que los equipos suman para poder hacer su vuelta virtual a España y conseguir recorrer todo el país dentro de un proyecto que lleva por nombre "piEFcitos".
Para facilitar este control, los capitanes de cada equipo disponen de unas tablas donde anotan los kilómetros. Cuando reúnen un número determinado, avanzan en su recorrido. Ahora mismo, dos meses después del inicio de curso, ya están en Vizcaya.
"Cando se chega a un lugar, os alumnos ven un vídeo dun colexio dese punto de España gravado por alumnos como eles, no que falan dese sitio en cuestión. É unha visita virtual pero, ao mesmo tempo, é un incentivo para que os rapaces vaian adquirindo hábitos saudables dun xeito divertido e nos que implican tamén ás súas familias", explica el coordinador del proyecto en el colegio, José Manuel López Castro, Nolinho, profesor de Educación Física.
"Las hace mi madre. Las galletas llevan mermelada y las empanadillas, carne"
Todos los alumnos de Primaria del Menéndez Pelayo -unos 400- participan en el proyecto. Para sumar kilómetros, no solo es necesario comer sano, reciclar y reutilizar. Se puntúan, además, las actividades de ejercicio físico que se hagan fuera del centro con las familias y la lectura de libros. También suma A Milla de "piEFcitos", una carrera alrededor del recinto escolar.
"Para controlar que se faga iso, os nenos gravan vídeos e fan fotos. O outro día, un neno foi recoller lixo á praia de Llas, mandou o vídeo e sumou quilómetros. Se o vídeo está en galego e inglés, aínda suma máis. E, en canto á lectura, cubren unhas fichas cos resumos dos libros que leron pero sen contar o final para que outros rapaces se animen tamén a ler eses libros. O obxectivo é mudar comportamentos", afirma el profesor.
Noa, Natalia, Laura e Inés lo tuvieron este lunes un poco más difícil en el recreo. Un compañero marroquí traía galletas y empanadillas caseras. No eran ni fruta, ni lácteo, ni bocadillo. ¿Sería un almuerzo saludable? Le preguntaron al chaval y les dijo: "Las hace mi madre. Las galletas llevan mermelada y las empanadillas, carne". Noa, Natalia, Laura e Inés se lo pensaron y concluyeron: "Vale, es una comida saludable porque es casera, así que sumamos kilómetros".
