"Unha vez que che dan o diñeiro, xa é teu". Con esta frase justificó este miércoles un vecino de Chantada que dispusiera libremente de todo el patrimonio de su tía octogenaria, un total de 70.600 euros. El hombre, con iniciales J.A.D.F., explicó que su tía -que también era su madrina- le donó una casa y le dijo además que todo el dinero que tenía en el banco sería para él. "Gastei o diñeiro coa súa autorización. Eu tiña que pagar varios créditos e díxome que collera o diñeiro da súa conta. Ela vivía conmigo e coa miña muller e mandábame sacar os cartos para pagar a comida e outras cousas da casa. Saquei todo sempre co seu permiso", afirmó.
El ministerio fiscal, sin embargo, explica que la víctima padecía demencia, al menos desde el año 2014, "conllevando esto un deterioro cognitivo de grado moderado desde al menos el mes de abril de 2015". Por este motivo, la anciana "era una persona vulnerable, pues no mantenía un contacto adecuado con la realidad y su capacidad de querer o entender se hallaba disminuida". La mujer "tenía alterada su capacidad para comprender y realizar actos complejos, tales como manejar importantes cantidades de dinero o realizar actos jurídicos o administrativos de cierta entidad".
En esta situación, el 19 de enero de 2016, la anciana le otorgó al acusado un poder especial con el que le confería amplias facultades para administrar su patrimonio, "incluyendo las referentes a la disposición de fondos y cancelación de las cuentas corrientes de las que la víctima era titular". Así, el acusado, "inspirado por el ánimo de enriquecerse de manera ilícita, prevaliéndose de la vulnerabilidad de la víctima debido a las patologías que sufría y de la confianza que tenía depositada en él", se apropió de 70.600 euros que la mujer tenía depositados en una entidad bancaria. El hombre traspasó dicha cantidad a otra cuenta de las que eran titulares él y su mujer y dispuso de los fondos mediante retiradas de efectivo.
Como consecuencia de estos hechos, la víctima "quedó en una situación de desamparo habitacional, económico y social, teniendo que intervenir los servicios sociales del Concello de Chantada el 8 de agosto de 2016". De hecho, a pesar de que la mujer poseía importantes cantidades de dinero y cobraba una pensión de 29.390 euros anuales, no pudo pagar los recibos de la residencia de ancianos a la que fue trasladada ni los recibos de la comunidad de vecinos de su piso.
La acusación pública explica que, finalmente, la anciana fue incapacitada el 30 de enero de 2017 y fue nombrada tutora otra sobrina, que denunció los hechos al comprobar la situación de desamparo en la que se encontraba la octogenaria. La mujer falleció el 20 de noviembre de 2017, sin llegar a recuperar la cantidad presuntamente defraudada, por lo que su sobrina y tutora reclamó la indemnización que pudiera corresponderle. El juicio por este caso se celebró ayer en la Audiencia Provincial de Lugo y quedó visto para sentencia.
