"No me veo con un traje protector sirviendo copas y los clientes separados"

¿Clientes de un pub con guantes y mascarilla? Foro Lucense, en su versión Diario del Confinamiento, aborda la incertidumbre sobre la apertura de los locales de ocio nocturno. En principio, podrán reabrir en la tercera fase de la vuelta a la normalidad, pero solo con un aforo del 30 por ciento, lo que rechazan los hosteleros, que piden que cuando se les deje abrir sea al completo.

En el debate intervienen Reyes Villar, del pub Versus XL de Lugo; Alba Pérez Iglesias, del Abrente de Chantada; Juan Rogero, del Gandul; Suso Díaz, del Cook; y el burelés Rubén Pinín, gerente de los locales Traste y Contraste.

La dimensión del problema es doble. Por un lado, los locales nocturnos como empresas que mandaron a sus empleados a un Erte y que tienen las mismas preocupaciones que compañías de otros sectores. Créditos, liquidez, avales y la relación con sus empleados les ocupa ahora parte del día, de conversaciones con la gestoría y también con compañeros en la misma situación. "Si abro al 30%, pierdo dinero", apuntó Suso Díaz, lo que corroboraron sus colegas. Por ello, reclaman flexibilidad en los Ertes y un plan de ayudas verdadero.

Por otro lado, el futuro de sus locales con el distanciamento y las medidas de seguridad. "De noche se sale a bailar, a relacionarse, a ligar... ¿cómo va a ser esto con mascarilla y guantes? Imposible", dice la copropietaria del Versus XL. También lo ve así la chantadina Alba Pérez, quien augura que según vayan pasando los meses "las medidas se irán relajando y esperemos que todo vuelva a la normalidad".

El burelés Rubén Pinín, que cada día monta sesiones musicales en la red, quiere ser optimista, pero afirma que le "cuesta". Con la noche en sus momentos más bajos de los últimos años, "esto hará que algunos locales ya no vuelvan a abrir", dijo Pinín.

Juan Rogero coincidió con Suso Díaz en que es necesario un plan claro para el sector, encaminado a recuperar la normalidad porque "hay mucha gente que depende de nuestros negocios".

Para terminar, todos se acordaron de su clientela, de la que muchas veces son hasta "psicólogos al otro lado de la barra", y pidieron salud para todos. "Lo que no me veo es con traje protector sirviendo copas y con 30 personas en el local separadas", zanjó Reyes Villar.