Un lucense, con iniciales J.F.C., aceptó este jueves una condena de tres meses de prisión como autor de un delito de receptación, ya que vendió varias joyas y otros artículos que una menor le había robado a su abuela.
El ministerio fiscal explicó que, en abril de 2014, la chica, que en aquel entonces tenía 16 años, sustrajo varias alhajas y otros artículos de valor de la vivienda de su abuela. La menor se las entregó al acusado, quien las vendió en varios establecimientos de compraventa de oro de la capital lucense.
La Policía Nacional abrió una investigación, tras recibir una denuncia de la afectada, y localizó en tres establecimientos varios artículos, entre los que figuraban dos anillos, un pendiente, un pasador de corbata y una cadena con un crucifijo, todo de oro, así como varios platos, tazas, un florero y un palillero de cerámica de Sargadelos.
CONFORMIDAD. El ministerio público solicitaba inicialmente para el acusado una condena de seis meses de prisión. Sin embargo, ayer reconoció que concurría en este caso la atenuante de dilaciones indebidas -ya que los hechos sucedieron hace cinco años- y rebajó su petición a tres meses de cárcel.
El acusado reconoció los hechos y aceptó la pena. Además, se comprometió a indemnizar a la propietaria de las joyas por los daños ocasionados en el crucifijo que le robó.
Las partes acordaron también suspenderle al joven la pena privativa de libertad a condición de que no vuelva a cometer ningún delito durante un plazo de dos años, por lo que en un principio no tendrá que ingresar en prisión.
