La comunicación y lenguaje en los niños centrará la ponencia que Somoza, junto a la logopeda Ana Rodríguez Vázquez, que trabaja también en Aúpa, ofrecerán en el centro educativo Galén el 8 de junio. Será una charla dirigida a padres, en la que estos podrán resolver dudas relacionadas con el tema. Los asistentes deben tener en cuenta que, si acuden con sus hijos, profesorado de Galén los atenderán en un taller infantil mientras ellos siguen la conferencia. En esta entrevista, Somoza repasa algunas inquietudes frecuentes entre los padres cuando sus pequeños comienzan a hablar.
¿Los niños deben alcanzar hitos en el lenguaje en un momento determinado o cada niño es diferente y lo hará a su propio ritmo?
Cada niño es diferente y tiene su propio ritmo de desarrollo pero hay una determinada organización de cómo es el desarrollo del lenguaje en relación a su edad. Como media, los niños han adquirido 500 palabras a los 2 años de edad; 1.000, a los 3; 2.000, a los 4 y, a partir de ese momento, incorporan 2.000 palabras al año hasta la adolescencia. No es un estándar fijo, sino el típico, por lo que hay niños que van más adelantados que otros.
¿Debe considerarse que hay un problema si el niño no maneja esas 500 palabras con dos años de edad?
No, porque, como he dicho, es algo orientativo, se trata de una aproximación. Para que se produzca el desarrollo del lenguaje antes tienen que desarrollarse un conjunto de habilidades necesarias para la comunicación como el desarrollo del sistema motor o la memoria...
¿Cuándo deberían los padres preocuparse?
Cuando la variedad de palabras es muy reducida y, a mayores, perciben que el niño no tiene interés por comunicarse. La mayoría de los casos nos llegan en torno a los dos años y medio, en el momento de la escolarización y se inicia esa etapa o bien con un volumen de palabras muy reducido o con un volumen amplio pero que solo la familia o los más allegados son capaces de entender.
¿Cuáles son los problemas de lenguaje más frecuentes que ven en la consulta de logopedia?
El principal, el que vemos con más frecuencia, sobre todo desde la pandemia, es el retraso en la adquisición del lenguaje o lenguaje que resulta ininteligible, con muy mala pronunciación. Después están los trastornos del lenguaje propiamente dichos: dislalia o problemas de pronunciación, disfemia o tartamudez... El rechazo alimentario también es una consulta frecuente en logopedia. Hay niños que, cuando cambian de alimentación, cuando pasan a sólidos por ejemplo, muestran un rechazo alimentario. Puede ser un trastorno por motivos sensoriales, por el rechazo a las nuevas texturas, a las temperaturas, a los sabores... o puede ser porque no son capaces de manejar el alimento en la boca, tienen dificultades para masticar, para tragar...
¿Perciben un claro incremento en los casos de retraso del lenguaje a raíz de la pandemia?
Sí, es una percepción muy extendida, no solo en el centro, también por parte de los profesores en muchos coles. Los niños que ahora tienen 2 o 3 años han vivido una época en la que se rompieron muchas rutinas y se vieron apartados de su entorno social, lo que ha tenido un impacto. Han tenido menos posibilidades de adquirir habilidades sociales y vemos un mayor volumen de casos de retrasos en la adquisición del lenguaje. Por la situación general, son niños que han tardado más en encontrarse en determinados entornos a los que quizás habrían tenido acceso antes en otras circunstancias. Por ejemplo, que entran ahora por primera vez en un supermercado o que tardaron mucho en ir al parque.
¿Qué cuestiones cree que hay que tener claras en lo que se refiere a la adquisición del lenguaje en la infancia?
En cuanto al desarrollo del lenguaje hay que tener claro que no es algo que suceda de forma aislada, sino que engloba más áreas. En el centro trabajamos todas de forma conjunta: el desarrollo motor, el desarrollo auditivo, la memoria ... para el desarrollo del lenguaje.