"Vemos dolor cervical y lumbar en niños por usar tablets y móviles"

El doctor Miguel Castro, especialista en Traumatología Infantil en Quirónsalud Ollos Grandes asume la primera y única consulta en esta rama en la sanidad privada lucense ► Problemas como lesiones por sobreesfuerzo deportivo o dolores tras el uso de pantallas se suman ahora a otros tradicionales de su especialidad, como la escoliosis 

MIguel Castro, traumatóog. EP
photo_camera Miguel Castro, traumatólogo. EP

¿Cuál es la razón más frecuente de consulta en Traumatología infantil?

La patología que vemos con más frecuencia son las deformidades angulares de las extremidades inferiores: las rodillas arqueadas o las rodillas en X.

¿Conviene consultar en el momento en el que se perciben?

Cuando se pasa el límite en el que pueden ser normales. No es lo mismo las rodillas arqueadas en un niño de tres años que en un niño de 12. En un gran número de casos mejoran espontáneamente, pero si no es el caso, por encima de los 8 o 10 años sí que conviene consultar. Las rodillas arqueadas son más patológicas que las rodillas en X.

¿Qué tratamiento precisa?

En algunos casos puede requerir una intervención quirúrgica pequeña para frenar el cartílago del crecimiento, la hemiepifisiodesis. Es una intervención breve y para la que solo es necesario hacer dos pequeñas incisiones, no es muy agresiva. Esa es una intervención frecuente, se hacen todos los meses.

¿Qué otros problemas ven habitualmente?

También son frecuentes las lesiones provocadas por sobreuso del deporte, dolor de rodilla o talón por excederse en la práctica. En muchas ocasiones, la osteocondrosis se resuelve simplemente con reposo y pasado un año o año y medio el paciente ya no siente dolor.

¿Con qué deportes son más frecuentes?

Con el fútbol, que es lo que más se practica, aparece dolor de talón o rodilla. También con el baloncesto.

¿Este es un problema que aparece ahora con más frecuencia en consulta que antes? ¿Hay ahora una mayor exigencia deportiva entre los niños?

Sí, los niños tienen ahora una mayor implicación en las actividades deportivas de grupo. Antes quizás se practicaba deporte en la calle, de forma más informal, ahora la mayoría de niños forman parte de un equipo, tienen un calendario de entrenamientos...

¿Habría una manera de evitar esas lesiones?

Sí, con un adecuado calentamiento y con la adaptación correcta del material, ya sean balones, zapatillas... Hay un porcentaje de osteocondrosis que son imposibles de evitar, pero es cierto que hay otras que, con un adecuado calentamiento y contando con material correctamente adaptado, se evitarían.

Al margen de esas lesiones por sobreesfuerzo deportivo, ¿qué otros problemas ven los traumatólogos infantiles ahora a causa de cambios de hábitos?

Dolor cervical y lumbar por malas posturas al usar tablets y teléfonos móviles y también por el uso de mochilas con peso excesivo y mala colocación. La mochila debe colocarse de forma simétrica, repartiendo el peso entre ambos brazos y llevándola más alta, no a la altura del culo como se ve a veces.

¿A qué edad recibe a esos pacientes que acuden por dolor a causa de las malas posturas adquiridas al mirar el móvil?

Sobre los diez, doce años. Los niños más pequeños aún no tienen ese problema porque estos aparecen por acumulación. También es frecuente la escoliosis en los niños. Sí, lo es, tanto la escoliosis, que es la desviación de la columna, como la dismetría, que es la diferencia en la longitud de las piernas y que tiene una gran relación con la escoliosis.

¿Cuándo aparece y qué tratamientos tiene?

Generalmente, en la adolescencia, a los 12 o 13 años. Es preciso comprobar si se trata de una escoliosis pura o la desviación está relacionada con la dismetría. En el primer caso, mientras que el paciente está en proceso de crecimiento, se puede intentar la corrección con un corsé. Pero si ya ha finalizado esa etapa ya no resulta útil. Por regla general, se da hasta los 15 años en el caso de las niñas y los 17, en el de los niños. A partir de ahí, para los casos graves, se puede plantear una cirugía.

¿Y la dismetría?

Si la diferencia en la longitud de las piernas está por debajo del centímetro y no provoca ni escoliosis ni dolor, no se recomienda ningún tratamiento. Si está por encima, se puede tratar con plantillas o con una intervención quirúrgica para alargar o acortar el hueso de la pierna. Es un problema en el que hay que tener en cuenta qué puede ocurrir en el futuro. Si se trata de un niño de un año que, a esa edad, tiene una diferencia de 1,5 centímetros puede ser un problema grave que precise intervenir porque, con el tiempo, puede llegar a suponer una diferencia de 7 u 8 centímetros. En el caso de necesitar acortar, se frena el cartílago de crecimiento, utilizando placas o tornillos. Las cirugías para alargar han cambiado mucho gracias al uso de clavos magnéticos. Realmente se trata de un cambio sustancial, supone un tratamiento mucho más sencillo para el paciente, es mucho menos agresivo desde el punto quirúrgico y el problema puede solucionarse en menos tiempo.

¿Son siempre problemas congénitos?

No. En muchos casos pueden ser problemas congénitos y en otros aparecer tras una infección o una fractura. En ese segundo caso, el niño se puede ver más afectado cuanto antes ocurra. No es lo mismo si sufre esa infección o fractura con pocos años que con Miguel Castro. 12 o 13.

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