Veiga aprovecha el Entroido para poner a Lugo en órbita y propone un CaboCañaveral en Rozas

La pregonera sacó punta a la difícil movilidad y aislamiento de Lugo ► "Deberiamos facer un Cabo Cañaveral en Rozas", sugirió
Marta Veiga durante el pregón. SEBAS SENANDE
photo_camera Marta Veiga durante el pregón. SEBAS SENANDE

Puede que Lugo tenga un "Entroido señorito" o que los ayuntamientos hayan matado el espíritu subversivo y crítico de la fiesta para convertirla en una actividad sociocultural más, pero siempre quedará Marta Veiga Izaguirre para meter cizaña, sacar los colores a alguien y disparar fuerte para provocar la risa con temas que no fallan en Lugo, como el de la movilidad.

"É máis fácil chegar ao espazo exterior que a Lugo. Xa que o do tren de cercanías, nada, e o dos buses interurbanos, pouca cousa, penso que deberíamos pensar o de facermos un Cabo Cañaveral en Rozas", dijo este viernes Marta Veiga en su pregón del Entroido.

Gastó mucha sorna la pregonera, pero tirando siempre de realidad y, así, contó para quien no lo supiera que "ás plataformas do bus da Ronda do Carme lles chamamos as veciñas Cabo Cañaveral, porque serven para que despeguen os patinetes".

Se metió Veiga con el gallego que se usa en los buses urbanos para anunciar las paradas y con el tráfico de una ciudad en la que bien se podría dejar "o Sputnik en dobre fila na Ronda ou en Ramón Ferreiro que, total, ninguén vai notar un máis", dijo clavando el aguijón carnavalesco.

La alcaldesa y otras personalidades, durante el pregón. SEBAS SENANDE
La alcaldesa y otras personalidades, durante el pregón. SEBAS SENANDE

Pero no todo se puede tomar a risa y la pregonera se puso seria para hablar de dogmas intocables para los lucenses, como el de la comida. Tocaba tocar el mito del cocido y Veiga se puso seria para defender las esencias, hasta se compadeció de los que hacen se plato con fabas. "Que alguén os perdoe, que non saben máis. Xa vos advirto de que eu non teño nada en contra das fabas, pero que non lle chamen cocido", avisó.

En un pregón que por segundo año volvió a la calle y se lanzó desde la zona de gradas instalada en la Praza Maior, Veiga Izaguirre habló de las tradiciones del carnaval rural gallego y recalcó que estas no permanecen inmutables salvo que sean de utilidad. Lo bueno, defendió, es que las tradiciones se pueden crear en cualquier momento, como bien demuestra el arraigo que tienen fenómenos tan recientes como el del churrasco o la queimada.

Los ediles del BNG, durante el pregón. SEBAS SENANDE
Los ediles del BNG, durante el pregón. SEBAS SENANDE

Y también en Lugo se innova en la materia, advirtió una divertida Marta Veiga, que como buena seguidora del CD Lugo no desperdició la ocasión de sacar punta a la "neotradición" del club lucense, el ‘Domingo de Charanga, en el que un club al borde del precipio escuchó como le cantaban Adiós, amigos; goodbye, my friends.

E invitando a inventarse carnavales propios, con cuidado de que el Concello quede al margen para que no los oficialice, se fue despidiendo una pregonera que también reservó en su discurso un espacio para hablar de raíces y para repasar los distintos entroidos que convivieron en la ciudad, "o que mancha, que manca e que fede e o Carnaval elegante".