Los vecinos piden que Santo Domingo no se quede sin fuente tras 170 años

El actual surtidor de agua es de los noventa pero en este lugar hubo cuatro fuentes distintas desde finales del siglo XIX y en el proyecto de reforma de la plaza no figura ninguna
Antigua fuente de la piña, en Santo Domingo. AEP
photo_camera Antigua fuente de la piña, en Santo Domingo. AEP

La Plataforma de Veciños do Barrio Centro de Lugo sigue realizando propuestas al gobierno local con las que busca mejorar algunos aspectos de los proyectos de peatonalización del centro y la última es que la Praza de Santo Domingo conserve una fuente, como tiene desde hace 170 años.

Los vecinos ya plantearon esta demanda hace meses, pero ahora la han apoyado con datos históricos. Recuerdan que en época contemporánea la plaza ha tenido al menos cuatro fuentes. La más antigua sería la de 1853, conocida como fuente de la piña. El elemento frutal se llevó en su día al claustro de la catedral y los mascarones por donde echaba agua, al Museo Provincial.

Después hubo otro surtidor conocido como la fuente de la vecindad, en una época en la que el Concello había dotado de este tipo de elementos a varios barrios de la ciudad. Después estuvo la fuente de la concha, junto al convento de las Agustinas, y la actual se colocó en 1990. Está también por esa zona, pegada a uno de los respiraderos del párking subterráneo. Tiene elementos de mármol y un mascarón en forma de león.

El proyecto de reforma de la plaza no contempla fuente ni en este ni en otro lugar y los vecinos creen que es un error tanto desde el punto de vista de conservación del patrimonio y la memoria histórica como desde la perspectiva ambiental. "Lugo debe seguir la línea de otras ciudades y dotar al espacio público de fuentes, que cobran especial importancia en la actualidad, ya que cada vez son más frecuentes los episodios de calor", explican.

La fuente actual fue colocada poco después de que la plaza fuera reformada con motivo de la construcción del aparcamiento subterráneo. El espacio fue diseñado por los arquitectos Santiago Catalán, José Arias y Eduardo Herráez y ahora el Concello pretendía llevar a cabo una transformación importante, con la creación de un circuito de tráfico más a través de ella, la eliminación del césped y la sustitución de la mayor parte del arbolado por otro.

El proyecto se encontró con una importante contestación vecinal y social e hizo que el gobierno accediera a replantearlo, para mantener en lo posible la zona verde, aunque sigue sin concretar cómo quedará. El Concello también conservará finalmente la fuente de San Fernando delante del cuartel y no la desplazará al lado de la iglesia de San Froilán.

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