Vallada una casa en Lugo que tuvo okupas para retirar la uralita caída

El Concello ha ordenado a la constructora que es propietaria del inmueble que ejecute las obras

El número 37 de la Ronda, vallado. A.C.
photo_camera El número 37 de la Ronda, vallado. A.C.

El inmueble número 37 de la Ronda da Muralla acaba de ser vallado para evitar que se caiga algún elemento de la fachada a la acera mientras la constructora retira las planchas de fibrocemento desplomadas sobre la cubierta de la casa contigua. El Concello de Lugo le ha ordenado que ejecute esas obras.

Este céntrico edificio, que se encuentra deshabitado, fue noticia porque tuvo okupas. Según aseguran los vecinos, estos no han vuelto a aparecer. Su presencia en los últimos meses ha sido testimonial. Solo una mujer solía acudir de vez en cuando a uno de los pisos, que debía utilizar como almacén y que había colocado una cadena con candado para acceder ella sola.

Ese allanamiento ilegal contribuyó a que no se hayan adoptado aún medidas, a la espera de que el juzgado autorizase su desahucio, para retirar las uralitas que se desplomaron sobre el edificio anexo, ni para limpiar la maleza que invade la parte de atrás del inmueble.

Los vecinos del número 36 de la Ronda da Muralla ya solicitaron hace 15 meses a las administraciones autonómica y local y a la constructora que es propietaria de la casa que tomen cartas en el asunto.

Incluso recurrieron a la Policía Local porque temían que esas uralitas se pudiesen caer a la calle, alcanzando a algún peatón, y que la responsabilidad civil recayese sobre ellos.

RIESGOS. Los vecinos advirtieron además a las autoridades del peligro que la maleza que campa a sus anchas puede entrañar en caso de que se declare un incendio o como foco de insalubridad. La propietaria del bajo contiguo dejó de ventilar su sótano ante el riesgo de que se pudiesen colar ratas por las ventanas.

Los afectados demandan también que se proceda a reparar el bajante de evacuación de pluviales que recorre la fachada porque, como está roto, cuando llueve con intensidad sobre la capital lucense, el agua "cae a chorro" a la calle, con el consiguiente trastorno para los peatones y el negocio próximo.

Solicitan asimismo que se lleven a cabo las obras necesarias para reparar las grietas existentes que propician filtraciones de agua en sus viviendas, entre ellas la de una octogenaria.