Vacaciones en Paz hace de Lugo un lugar acogedor para niños saharauis

Familias lucenses reciben este verano a siete niños procedentes de los campamentos de refugiados situados en el desierto
Recepción a los niños saharauis en el Concello de Lugo
photo_camera Recepción a los niños saharauis en el Concello de Lugo

Familias lucenses acogen este verano a siete niños saharauis durante los meses de julio y agosto, ante el calor abrasante que tienen que sufrir los más pequeños en sus localidades de origen.

"En el momento en el que Fátima se bajó del bus, nos echó una sonrisa muy amplia a mi marido y a mí. Mi marido se emocionó y ahí nos dimos cuenta de que esta experiencia iba a ser maravillosa", cuenta Carmen Pita Graña, madre "primeriza" en esta experiencia.

Su 'hija', Fátima Mohamed Moulan, de tan solo 11 años, se ha adaptado de una forma excelente a la cultura local, tan diferente a la de Auserd, su ciudad natal.


Las familias lucenses aprenden de los niños saharauis a tener una visión de la vida mucho más rica en valores


"Algunos de ellos están acostumbrados a dormir en el suelo, pero Fátima, desde el primer día, durmió en su cama sin ningún problema". Además, "le encanta visitar diferentes sitios e ir a la playa. Es una niña muy sociable", afirma Carmen, su madre de acogida.

Lo que más ha llamado la atención de Fátima han sido las llaves de la casa, las escaleras y la televisión. "Se asombró al abrir el armario de mi hija mayor y ver toda la ropa colgada", detalla Carmen.

Desde hace ocho años, Oria Abelleira participa en este programa. "Empezamos acogiendo al hermano mayor de Hamudi, pero cuando cumplen 12 o 13 años dejan de venir. Para Hamudi, es su tercer verano en Lugo". Oria Abelleira viajó hasta la región de Tinduf, una de las zonas más áridas de Argelia, para conocer el campamento donde vive la familia de Hamudi.

En la región hay un total de cinco campamentos. La familia de Hamudi vive en el campamento de Dajla, uno de los más desfavorecidos de la zona por su lejanía respecto a la ciudad de Tinduf.

"Son niños muy obedientes y educados en valores. Muestran un gran respeto hacia sus familiares y personas mayores. Siempre nos dan ellos mucho más de lo que le podemos dar nosotros", mantiene la madre de Hamudi Mayara.

El pequeño Kabar Mahmud, de 11 años, llama a sus hermanas de acogida "sus hermanas de Lugo", con las que se lleva muy bien y forma un gran equipo. "Lo que más le sorprende a Kabar es la comida, como el pulpo, el queso y la verdura. Además, siempre nos pregunta porqué nosotros no rezamos", cuenta su madre de acogida, Veva Díaz.

La concejala de Bienestar Social, Igualdad e Inclusión que promueve este programa de "Vacaciones en paz", Ana González Abelleira, lleva más de siete años siendo una de las familias acogedoras. "É unha experiencia moi bonita. Faime moi feliz que os nenos compartan o verano connosco e que nos permitan aprender tantas cousas deles".

Las familias lucenses aprenden de los niños saharauis a tener una visión de la vida mucho más rica en valores. Los pequeños cuentan que el verano pasado sufrieron fuertes inundaciones en los campamentos donde viven. A pesar de que lo perdieron todo, sobrevivieron porque "a súa cultura non lle dan tanta importancia as cousas materiais, subsisten con moito menos ca nós, pero repóñense moitísimo máis rápido das situacións adversas", declara Ana González, concejala y madre de acogida.

Esta experiencia de intercambio cultural hace posible que las familias saharauis y lucenses eduquen a los más pequeños de su hogar en unos valores comunes de respeto y tolerancia.

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