Vacaciones con valores

El campamento urbano de Cáritas, que se desarrolla estos días, alcanza ya su vigesimocuarta edición. Los participantes, niños de entre ocho y trece años, realizan actividades que fomentan la empatía

Los niños del campamento y los monitores al fondo. VICTORIA RODRÍGUEZ
photo_camera Los niños del campamento y los monitores al fondo. VICTORIA RODRÍGUEZ

El verano es la época del año favorita para los más pequeños. Finalizadas las clases, los niños disfrutan de sus días libres pensando únicamente en jugar y pasarlo bien con sus amigos.

En esta época del año, los campamentos suelen ser una buena opción a la hora de llenar esas horas que habitualmente ocupa la escuela, tanto para los padres que aún no disponen de vacaciones, como para los hijos. Los hay de todo tipo, pero no todos tienen el mismo fin. Algunos tratan de promover las causas sociales a la vez que intentan echarle una mano a las familias que por falta de recursos o de tiempo no pueden ocuparse de sus retoños durante la jornada completa. Uno de los que más se orientan a la formación de valores sociales el campamento urbano de Cáritas, que se celebra en el colegio Rosalía de Castro desde el pasado 16 de julio hasta el próximo 27 y que tiene ya una larga tradición en la ciudad.

Este campamento, que ya va por su vigesimocuarta edición, está dirigido a niños de entre ocho y trece años, con inscripción abierta para todo tipo de público aunque con plazas limitadas. En él, se trata de ofrecer un amplio abanico de actividades como solución para aquellos padres que deben seguir trabajando durante la época estival, lo que les obliga a buscar un lugar donde sus hijos estén cuidados, a la vez que los pequeños ocupan su tiempo mientras se divierten y aprenden a la vez.

En el campamento toman parte 77 niños, pero este año han aumentado las solicitudes y más de una veintena se quedó fuera

De hecho, este año la organización ha tenido un mayor número de peticiones que en los últimos, ya que a pesar de contar con 77 pequeños inscrito, más de una veintena se han tenido que quedar fuera.

Según comenta Ana Veiga, coordinadora y monitora del campamento, además de formar parte de Cáritas Lugo, en el campamento se trata de "aprovechar las actividades para causas sociales". Así, explica que utilizan "personajes como Frankenstein o el Monstruo del Lago Ness a los que se les atribuye algún problema o situación especial para que los niños no sólo comprendan los diversos impedimentos, sino también traten de ayudarle según las necesidades que presentan".

Gracias a esto, afirma que "los niños aprenden a no tener prejuicios y tratar a todos por igual, a la vez que comprenden que cada persona tiene situaciones particulares diferentes, con lo que se fomenta la igualdad entre todos", indica.

ACTIVIDADES. El campamento, que tiene una duración de doce días, presenta una amplia oferta de actividades que van desde los juegos y yincanas, hasta talleres de manualidades, cuentacuentos o actividades físicas relacionadas con deportes como la natación.

"La programación es de lunes a viernes, empezando las actividades a las 10.00 horas hasta las 14.00 horas, cuando los niños se van a comer a sus casas, salvo los casos de familias que vivan lejos, que entonces ya comen aquí", comenta la coordinadora, que añade que "a las 16.00 horas se reanudan las actividades, que finalizan a las 20.00 horas que es cuando los padres vienen a buscarlos".

Además, entre las actividades lúdicas también se incluye la posibilidad de realizar una salida este fin de semana, aunque se trata de una actividad extraordinaria porque el motivo principal del campamento es ocupar el tiempo durante los días laborables. Los niños apuntados a esta actividad, disfrutarán de unos días de playa en Laxe. Como comenta Ana Veiga, "se intenta que en las salidas vayan a la playa para que puedan disfrutar también del mar".

Algunos de los niños participan por primera vez, mientras que otros llevan años asistiendo al campamento. Este último es el caso de Diego, que participa por cuarto año en el programa y al que le encantan los juegos en grupo, o de Silvia, que ya no se acuerda ni de cuantos años ha asistido pero que afirma que le encanta porque hace muchos amigos, destacando las manualidades como su actividad favorita.

"Nuestro objetivo también es que haya más casos como el de estos dos niños, que repitan y vengan todos los años para así seguir ayudándoles en su formación", afirma Veiga.

Para muchos de estos niños estas semanas son las mejores del verano. Ríen, hacen amigos y, sobre todo, disfrutan de ser niños.

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