No todo son problemas con las tormentas y los chubascos. Al menos eso fue lo que pensó un conductor que este martes, en un momento de lluvia intensa en la capital lucense, aprovechó para lavar el coche. Ni corto ni perezoso, el valiente aparcó en doble fila en la zona de Fonte dos Ranchos, enjabonó su Citroën y esperó que la descarga de agua lo aclarase. Ahorro y economía circular total.
Más allá de las anécdotas, la provincia lucense fue este martes una de las más damnificadas por los casi 2.400 rayos que cayeron en Galicia, aunque la lluvia sí dio una tregua. El máximo registro fue en Cospeito, con cerca de 20 litros por metro cuadrado. Eso sí, este miércoles está en alerta amarilla por tormenta.