La unidad de mama del Hula hace tatuaje del pezón y areola tras la mastectomía

Catorce mujeres han recibido ya la micropigmentación con la que finaliza la reconstrucción del pecho después del cáncer

La naturalidad de los trabajos de micropigmentación se consiguen gracias a la mezcla de colores. EP
photo_camera La naturalidad de los trabajos de micropigmentación se consiguen gracias a la mezcla de colores. EP

La unidad de mama del Hula lleva cerca de un año haciendo tatuaje de pezón y areola a pacientes a las que se les extirpa uno o ambos pechos tras un cáncer y que se someten a una reconstrucción posterior. En todo este tiempo, se ha hecho ya micropigmentación a catorce mujeres.

Sofía Márquez, la enfermera de la unidad, es la encargada de hacer esa labor, para la que recibió formación específica y de la que, evidentemente, hizo muchas pruebas. "Practicaba con piel de cerdo porque es la más parecida a la humana, así que todos los días compraba mi panceta y sobre ella hacía el pezón, la areola y el sombreado, que es el último paso", explica.

También acudió al Chuac coruñés a observar el trabajo de la enfermera gestora de casos, de la que dice que lleva muchos años realizando esa clase de tatuaje, y al Chou ourensano, hospital donde también se ofrece a las pacientes. Eso es un matiz que Márquez aclara: se ofrece a todas las mujeres que lo puedan necesitar pero no todas aceptan.

"Hay mujeres que, una vez que han acabado el tratamiento, no quieren saber nada más", explica, aunque admite que la mayoría están "encantadas", tanto con la oferta como con el resultado. No es raro que se emocionen al ver el resultado. "Es algo que es muy importante para ellas porque, una vez que se hacen la reconstrucción del pecho, esto es lo que les falta. Es la guinda del pastel, el final", explica.

El proceso no resulta doloroso porque se hace con anestésico local

En una mastectomía parcial el pezón no tiene por qué verse afectado, pero en una completa, sí. Después de la retirada de la mama, se hace una reconstrucción que incluye la colocación de un implante, pero no hay forma de hacer un pezón con cirugía, es necesario dibujarlo con la micropigmentación.

Aunque se tiende a llamar a esa tarea tatuaje terapéutico; en realidad, no se realiza con un equipo igual al de los tatuadores convencionales, sino con un micropigmentador. Márquez explica que un tatuaje normal está pensado para que dure toda la vida, mientras que la micropigmentación es más superficial y necesita retoques. Con los años, las pacientes se tendrán que someter a un repaso.

DISEÑO. En la primera sesión, la enfermera de la unidad de mama dibuja sobre el pecho la areola y pezón. Si la paciente ha recibido una mastectomía unilateral, el dibujo se hace copiando la areola del pecho que conserva para reproducir el mismo diámetro. Si fue bilateral se busca que el diseño se adapte al pecho.

No resulta raro que el tatuado tenga que recibir varios retoques pasado un tiempo

Como se realiza con anestésico local, el proceso no resulta doloroso, aunque sí puede causar molestias. Márquez explica que se utilizan distintos pigmentos, ya que es de esta forma como se puede dar, con distintos colores y sombras, una apariencia de volumen y que se aproxime a un pezón natural.

A la paciente se le entrega una hoja con los cuidados que debe aplicar en casa y se le vuelve a citar. Pasado un mes, regresa a la consulta y se le repasa el dibujo y se hace el sombreado, punto final del tatuaje, que ayuda a darle un aspecto más realista. Los retoques dependen, en realidad, de cómo reacciona la piel de la paciente. Algunos pigmentos pueden producir rechazo, de forma que el cuerpo tiende a eliminarlos y unas partes del dibujo quedan más nítidas que otras. En ese sentido, se comporta de forma parecida a un tatuaje porque no resulta raro que el tatuado tenga que recibir varios retoques pasado un tiempo.

Sofía Márquez reconoce que nunca había pensado, cuando estudiaba Enfermería, que entre sus labores se incluirían los tatuajes. Sin embargo, asegura que es una labor que le gusta mucho, una tarea que aporta mucho a la paciente. Hay simultáneamente una sensación de cierre de círculo y ayuda a mejorar la autoestima y la percepción de la propia imagen, según explica.

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