Unidad de atestados; así trabajan los centinelas del tráfico en Lugo

Sus más de mil intervenciones al año avalan su experiencia y los datos confirman que su trabajo resulta clave en una ciudad que nunca deja de rodar
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photo_camera Tres agentes, en una jornada de trabajo. XESÚS PONTE

La Unidad de atestados de la Policía Local de Lugo jamás se detiene. Acude a los siniestros de tráfico y a los atropellos, investiga los accidentes con fuga, retira de la circulación a los conductores que se encuentran bajo los efectos del alcohol o las drogas, y controla el estado de los vehículos que circulan por la capital lucense. Sus cometidos son amplios e imprescindibles en una ciudad cada vez más concienciada, pero todavía lejos de alcanzar el sobresaliente en materia de tráfico. Y es que cerca de 700 accidentes en un año, 200 alcoholemias positivas, una docena de conductores bajo los efectos de las drogas y casi una treintena de pilotos a la fuga dejan patente que la problemática existe.

En su trabajo diario, los 18 agentes de la unidad lidian con todo tipo de conductores, desde los que asumen su culpa tras cometer una infracción, hasta los que huyen del lugar del siniestro, los que se muestran violentos, o los que arrojan excusas increíbles en un intento a la desesperada de eludir su responsabilidad. Pero cuando los infractores van, los agentes ya están de vuelta, por lo que resulta complicado esquivar la ley.

Un conductor ebrio que creía estar trabajando en una obra

_PON0530Los policías de Atestados están acostumbrados a escuchar historias rocambolescas y a presenciar todo tipo de actitudes. "La frase que más escuchamos en los controles de alcoholemia, por ejemplo, es: Solo bebí dos cervezas. Cuando alguien nos dice eso antes de someterse a la prueba, ya sabemos que va a dar positivo", explican. "Y otra frase a la que también recurren a menudo los conductores cuando superan la tasa permitida es: No puede ser, eso tiene que estar mal. Pero al final, la mayoría se rinden ante la evidencia".

Cuando el grado de alcohol es más elevado, los conductores dan explicaciones surrealistas. "En una ocasión, vimos a un conductor que estacionaba en medio de una rotonda en Infanta Elena. Nos acercamos y el hombre estaba tan afectado que nos dijo que iba a trabajar a una obra y que estaba esperando a que llegara el camión de hormigón. Estuvo un buen rato insistiendo en eso, hasta que le fueron pasando un poco los efectos del alcohol y entendió donde estaba".

Ponerse al volante bebido y con tasas elevadas es un peligro para los afectados y para el resto de la ciudadanía. Solo el año pasado, la Policía Local denunció a 16 conductores que superaron la tasa de 1 miligramo de alcohol por litro de aire espirado, cuatro veces más de lo permitido. La tasa más elevada se registró el 2 de junio, cuando un conductor arrojó un resultado de 1,38. También se registraron tasas de 1.26, 1,21 y 1,19. En cuanto a las drogas, las que más se detectan son el cannabis y la cocaína. "Para manejar el aparato con el que se hacen los test de estupefacientes es necesario tener una formación específica. Si un conductor da positivo, enviamos el resultado al laboratorio para confirmarlo y que no haya dudas", explican.

Se va tras chocar y alega que le paría una vaca

Además de escuchar todo tipo de excusas, los agentes de atestados observan continuamente escenas curiosas y algunas incluso divertidas. "Al pasar tantas horas en la calle y hacer tantos controles, nos encontramos de todo. Resultan llamativas las artimañas de la gente en ocasiones para identificar a un conductor cuando en realidad iba al volante otra persona. Si por ejemplo un turismo en el que van dos personas provoca un accidente y dudamos de quien es el conductor, los sometemos a los dos a la prueba de alcoholemia y seguimos investigando, hasta esclarecer los hechos. Hace poco, un hombre se identificó como el autor de un atropello, pero iba conduciendo su hijo. Al final incurrieron en varias contradicciones y acabamos descubriendo la verdad", apuntan.

Horas y horas de trabajo dejan también multitud de anécdotas. Hace apenas dos meses un conductor se salió de la vía en Camiño da Roca y acabó empotrado contra el muro de una finca. El hombre se marchó corriendo del lugar, pero varias personas lo grabaron con el móvil y fue identificado. Cuando los agentes le preguntaron por lo sucedido explicó que se había marchado corriendo porque le estaba a punto de parir una vaca y no podía esperar.

"Otra vez", cuentan, "paramos a una pareja en un control de madrugada y el conductor dio positivo en alcohol. Le preguntamos si alguien podía hacerse cargo del vehículo y nos dijo que esperásemos un momento. Habló un rato con la chica y al final llamó a un taxi para que la recogiera. En cuanto el taxista arrancó, el chico se acercó y nos dijo: Ya llamo ahora a mi mujer para que venga a buscarme y lleve el coche".

Un caso resuelto siguiendo gotas de anticongelante

_PON0673La mayor parte de los conductores que se dan a la fuga tras sufrir un accidente están implicados en sucesos con daños materiales, pero también hay desalmados que huyen del lugar de los hechos dejando heridos. Una de las investigaciones más complicadas de todas las llevadas a cabo por la unidad a lo largo del pasado año tuvo lugar en el mes de noviembre, cuando un conductor se dio a la fuga tras arrollar a un motorista en la Rúa Xosé Castiñeira y provocarle heridas graves. La víctima no había podido ver el vehículo y no había testigos ni grabaciones, por lo que localizarlo parecía misión imposible. Sin embargo, los agentes revisaron durante varias semanas los traslados de coches en grúas de asistencia, recorrieron talleres, e hicieron comprobaciones en desguaces y tiendas de repuestos del automóvil. También realizaron rastreos de transacciones por internet y llevaron a cabo un cribado informático en el que fueron estudiados y descartados, uno a uno, cientos de vehículos de dos marcas y modelos, hasta que centraron las pesquisas en tan solo siete turismos. Tras investigarlos a todos, los agentes centraron su actuación en un Audi A3 cuyo propietario ya tenía antecedentes por varios delitos contra la seguridad vial. Los policías comprobaron que esta persona había vendido el coche tan solo dos días después del accidente, por lo que se pusieron en contacto con el nuevo titular y comprobaron que el turismo todavía presentaba desperfectos en un lateral, compatibles con el impacto contra la motocicleta y el cuerpo del conductor.

"Cada accidente es distinto. Nos encontramos con conductores que se dan a la fuga y dejan en el lugar del accidente la defensa del coche con la placa de matrícula, pero lo habitual es que dejen pocas pistas. En enero del año pasado, un conductor chocó contra un edificio en la Rúa Vilalba, ocasionó desperfectos importantes y se fugó. Intentamos buscar algún rastro y seguimos unas pequeñas gotas de líquido anticongelante que nos llevaron a un garage de la Rúa Venancio Senra, donde encontramos el coche con la parte delantera destrozada", recuerdan.

Los agentes de atestados se esfuerzan en no dejar cabos sueltos, ya que saben que cualquier atisbo de duda juega a favor del infractor. "Tenemos que hacer nuestro trabajo con el máximo rigor. Hace poco tuvimos una llamada por una conductora que circuló por varias calles de forma temeraria. No iba a gran velocidad, pero chocó con varios vehículos estacionados y se subió a las aceras, obligando a los peatones a apartarse. La localizamos justo cuando acababa de aparcar y estaba entrando en su vivienda. Hicimos un atestado muy minucioso, con fotos y mapas del recorrido, y recogimos muchos testimonios e indicios para probar los hechos. Finalmente, la condenaron a una multa y diez meses sin carné".

Un infractor violento graba un directo para Instagram

Por lo general, los infractores acaban asumiendo su responsabilidad, pero también hay algunos que se enfrentan a los agentes y se muestran violentos, sumando un problema más a la incidencia de tráfico. De hecho, la Policía Local detuvo el año pasado a más de una veintena de conductores por delitos de atentado. "A nadie le gusta que lo denuncien por cometer una infracción al volante, y menos aún cuando se encuentra bajo los efectos del alcohol o las drogas, pero hay personas que sobrepasan los límites de lo razonable y al final acaban arrestados. El año pasado, acudimos a un accidente por alcance en la Avenida da Coruña. El joven que lo provocó se encaró con la otra conductora y cuando llegamos nosotros también se mostró violento. Le pedimos que subiera al furgón para hacer la prueba de alcohol y drogas y, una vez dentro, comenzó a grabar con su móvil un directo para Instagram narrando lo que estaba sucediendo e insultándonos. Al final, acabó detenido", recuerdan.

Aunque para los infractores nunca son bien recibidos, los agentes de la Unidad de Atestados de la Policía Local de Lugo solucionan los problemas de muchas personas afectadas por los incidentes de tráfico y evitan sin duda que otros muchos ciudadanos pasen a engrosar la larga lista de víctimas en materia de seguridad vial.

Un total de 24 cámaras vigilan el tráfico y apoyan el trabajo policial
La Unidad de Atestados de la Policía Local cuenta con el apoyo de un aliado que jamás descansa: Las cámaras de vigilancia del tráfico, instaladas en diferentes puntos de la capital. Desde la sede policial, los agentes controlan la situación de la circulación en las principales arterias de la ciudad y buscan respuestas a preguntas complejas en materia de seguridad vial. La sala de comunicaciones y videovigilancia dispone de 24 cámaras (19 de tráfico y 5 para bolardos) que graban durante las 24 horas del día y ayudan a detectar infracciones y a dilucidar casos como atropellos o accidentes con fuga.
Una prueba objetiva
Los agentes reconocen que las grabaciones de las cámaras suponen un gran apoyo para el trabajo policial en materia de tráfico. De hecho, consideran que «sería positivo» generalizar la instalación de este tipo de dispositivos e instalar más cámaras en otras zonas "Una grabación no deja lugar a dudas en caso de discusión. Hay veces que dos conductores colisionan en un cruce y los dos alegan que rebasaron el semáforo en verde. Si el accidente está grabado, ya no hay dudas", comentan.
 

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