Una mujer lleva meses casi sin salir de casa mientras espera por una prueba sanitaria

No recibe tratamiento para la incontinencia fecal hasta que no se arregle un equipo del Hula
La afectada, Cruz Álvarez.
photo_camera La afectada, Cruz Álvarez.

Cruz Álvarez López apenas sale de casa desde hace cinco meses. Sufre de incontinencia fecal tras una operación de hemorroides y está pendiente de tratamiento. Para que el especialista decida si puede beneficiarse de rehabilitación y fisioterapia o, por el contrario, tiene que ser intervenida quirúrgicamente debe hacerse una manometría rectal pero al aparato en cuestión le falta una pieza. Después de esperar desde noviembre a que llegara el momento de su cita -programada para mediados de febrero- le llamaron dos días antes para cancelársela sin ofrecerle una fecha alternativa.

"Me dijeron que la máquina estaba estropeada y que ya me llamarían. Por lo visto le falta una sonda, que tienen que mandar de Alemania; está pedida y autorizada pero no llega. Supe que en realidad se había estropeado en noviembre", explica esta paciente, una celadora del Hula prejubilada que solo tiene buenas palabras para los sanitarios del hospital lucense, pero críticas para la dirección.

"Estoy desesperada. La prueba de manometría rectal se hace también en A Coruña y a los pacientes que la necesitamos nos podían derivar a ese hospital pero no lo hacen. Sé de más casos de otra gente que está esperando por esta misma prueba", dice.

Cruz Álvarez está a tratamiento psiquiátrico y psicológico. Los informes que muestra de la unidad de salud mental indican que sufre un trastorno ansioso depresivo que no ha mejorado por el tiempo, en gran parte debido a sus limitaciones físicas.

"No salgo de casa porque tengo miedo a tener que ir al baño. Cuando eso ocurre no puedo esperar, tiene que ser inmediato", explica y añade que se ha decidido a denunciar públicamente su situación porque quiere que se sepa qué ocurre con su caso y con los de otras personas en su situación.

SERGAS. Por su parte, la gerencia del Hula, a través de su departamento de comunicación, admite que el manómetro rectal estaba estropeado lo que obligó a cancelar pruebas programadas. Ofrece, sin embargo, una versión diferente del motivo de la demora. Aseguró que la máquina, "un aparato muy delicado y que está en garantía" tuvo que ser enviado a Estados Unidos para que lo reparase la casa fabricante. Dice que se espera que esté funcionando en cuestión de días.

Reconoce que una patología como la que sufre Cruz es "un proceso molesto y que dificulta actividades de la vida diaria", pero destaca que "no es un proceso maligno o que ponga en peligro la vida del paciente".

Una mujer lleva meses casi sin salir de casa esperando por una prueba

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