Una lucense se forma como mezzo en la Royal Academy of Music

Julia Martínez fue una de las ocho que superaron las pruebas de ingreso
Julia Martínez
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Julia Martínez puso rumbo a Londres en 2011, cuando consiguió plaza en la Guildhall School para estudiar canto. Tenía entonces 15 años y había conseguido pasar la criba de uno de los conservatorios más prestigiosos del mundo, que busca a sus alumnos en distintas audiciones por todo el globo. Ahora, cinco años más tarde, no solo acabó su formación en este prestigioso centro, sino que también consiguió ingresar en otro no menos reconocido en el mundo del canto a nivel internacional, la Royal Academy of Music, donde cursa el segundo curso del grado. "De las 120 o 140 mezzosopranos y sopranos que nos presentamos solo entramos ocho", cuenta desde Santiago, donde este martes participa en el XVIII Ciclo de Novos Intérpretes junto con Andrei Iliushkin, pianista ruso que también se forma en el mismo centro londinense.

Tanto para la prueba de la Guildhall como de la Royal Academy, Julia se preparó a conciencia, reconoce. "Tuve un poco de presión, pero lo preparé mucho con varios profesores e iba bien", admite.

Anteriormente se formó en el Conservatorio Profesional Xoán Montes de Lugo y en la Guidhall School de Londres

Aún le quedan dos años por delante para titularse, pero tiene claro que luego seguirá formándose por este camino, con un posgrado en ópera. Poco a poco también tendrá que ir viendo cómo hacerse un hueco en la lírica, para lo que Londres es una ciudad con muchos recursos. "Ahora veo a los alumnos de posgrado que están haciendo pequeñas escenas de óperas u óperas en locales de Londres, como la ópera del Royal Academy. Supongo que allí hay gente escuchándoles y luego les ofrecen oportunidades. Puede ser complicado buscar trabajo, pero este centro tiene una tasa alta de estudiantes que lo encuentran", indica.


La capital británica es también un filón de oportunidades para asistir a este tipo de espectáculos como público. "Al ser estudiante, puedes conseguir entradas más baratas y hay muchas oportunidades de ir a la ópera", dice.

Aunque el canto es su pasión, también le encantan los idiomas, de hecho, se había planteado estudiar Traducción e Intepretación. Estos años en Londres la han hecho prácticamente bilingüe y también se maneja muy bien en francés e italiano. Confiesa que tiene que mejorar el alemán y hace un tiempo empezó a estudiar ruso. Las lenguas "han sido una pasión para mí siempre, pero son más bien un soporte para lo que hago, el canto lírico. Centrarme solo en los idiomas nunca me llenaría como me llena la música", reconoce.

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