Una multitudinaria pelea este domingo de madrugada en plena zona de marcha, en la calle Catedral, acabó con seis heridos, cuatro de ellos por arma blanca, dos personas detenidas y una tercera en busca. La peor parte se la llevó una mujer de 37 años que recibió una puñalada por la espalda que le alcanzó el pulmón y le provocó un neumotórax, por lo que tuvo que ser hospitalizada.
No fue la única, sin embargo, que acabó en el Hula. El otro fue uno de los detenidos por provocar la pelea y sospechoso de los apuñalamientos, un joven de 24 años que tuvo que ser rescatado por la Policía y los sanitarios de entre un mar de personas que se defendieron de su ataque y del de sus dos compañeros a puñetazos, patadas y botellazos. Uno de los golpes lo dejó inconsciente y en medio de un charco de sangre en el suelo, donde aún recibió más patadas.
Sus heridas no impidieron, sin embargo, que acabase detenido en la comisaría después de ser dado de alta ayer en el Hula. También fue arrestado otro de los que le acompañaba, su propio hermano, y este domingo estaba identificado el tercero de los agresores, aunque al cierre de esta edición no se pudo confirmar si estaba ya detenido.
Parece que la bronca había comenzado momentos antes en un local próximo a la muralla, donde estos tres individuos ya habían amenazado con navajas
Antes de ser reducidos a golpes por decenas de personas que en esos momentos, las 4.00 horas de la noche del sábado al domingo, se encontraban disfrutando de una noche de fiesta, les dio tiempo a dejar un reguero de heridos. Además de la mujer apuñalada por la espalda, al menos otras tres personas presentaban heridas de arma blanca, la mayoría de carácter defensivo, en manos y antebrazos. La herida más seria, de siete centímetros, la presentaba uno de los empleados de local de copas frente al que se produjo el tumulto. Según algunos testigos, habría sido este empleado el que consiguió frenar al más violento de los agresores dándole un golpe en la cabeza, que según algunas fuentes fue con una botella y, según otras, con una bandeja metálica.
Hasta el lugar acudieron dos patrullas de la Policía Nacional y otras dos de la Policía Local, que se tuvieron que emplear a fondo. Sobre todo, para sacar de allí y librar de la furia de la multitud a los tres agresores. Para que los sanitarios pudieran llegar hasta ellos, y en especial al que yacía en la calle en un charco de sangre, los agentes tuvieron que abrirles paso entre la gente a base de porras, gritos y silbatos.
Todavía hay mucha confusión sobre los detalles, pero parece que la bronca había comenzado momentos antes en un local próximo a la muralla, donde estos tres individuos ya habían amenazado con navajas. Luego, la volvieron a montar a la entrada de uno de los pubs de la calle Catedral.
