Un lucense fue denunciado por la Patrulla Verde de la Policía Local por haber desviado el trazado del Camino Primitivo a su paso por la parroquia de Bascuas para atraer a peregrinos a una especie de albergue ilegal que había creado en su finca.
El vecino, de iniciales J.C.P., cometió diferentes infracciones según el informe policial, en el que se detalla que colocó una valla informado del cambio de trazado, donde publicitaba diferentes servicios como un finca de acampada o un área de descanso con bebidas frías, fruta y mesas para comer.
Además, el cartel, de 1,60 metros de alto por 2 de ancho y con el logotipo oficial del Camino de Santiago, estaba colocado sobre uno de los hitos que señalizan la ruta jacobea y que además apareció dañado, ya que le habían sacado el emblema identificativo, algo de lo que acusan al denunciado.
El vecino, que había incluido una traducción al inglés, explicaba en el cartel que, con ese desvío, el peregrino recorría el trazado original del Camino Primitivo y que se ahorraba unos 200 metros.
La Policía Local, que informa en un comunicado de esta denuncia, explica que trasladó los hechos a la Dirección Xeral de Patrimonio, dado que afectan a un tramo del Camino de Santiago. Además, acusa al promotor de esta picaresca de colocar carteles publicitarios en contenedores de basura, en otros hitos del Camino e incluso en árboles. También le denuncia por tener una finca privada en la que "permite a acampada libre" y de "exercer actividade de salón de xogos recreativos", al tener máquinas de vénding "coa instalación eléctrica conectada de modo precario co inmoble colindante", añade la nota.
OTRA DENUNCIA. El negocio irregular de este vecino para aprovechar el tirón del Camino Primitivo, que acaba de ser declarado Patrimonio de la Humanidad, no fue el único denunciado por la Policía Local. En la parroquia de al lado, Gondar, por donde también pasa la ruta jacobea, otros dos vecinos se las ingeniaron para ofrecer comida y bebida a los peregrinos sin los obligados permisos.
Los denunciados, con iniciales C.R.R. y M.S.C., están acusados de regentar un establecimiento sin licencia municipal en el que se vendían productos alimenticios a través de máquinas de vénding, concretamente, dos de bebida y productos alimenticios refrigerados y una tercera máquina de café e infusiones. Contaban, además, con dos hornos, uno convencional y otro microondas, con los que se facilitaban a los peregrinos que pudiesen calentar la comida. En dicho local, se había instalado un salón compuesto por una encimera de granito, cinco mesas, trece sillas y un banco. Además, contaba con tres cámaras de videovigilancia en su interior.
