El doble crimen de O Ceao se resiste a morir, pese a que el año pasado se cumplieron veinte año y cayó sobre el caso la prescripción para todo aquel que no sea el único imputado y principal sospechoso hasta el momento, M.J.V.C. En un giro sorprendente, un testigo que prestó declaración ante el juez hace unas semanas argumentó sus sospechas de que en la preparación del atraco al Cash Récord fue clave la información facilitada por el entonces marido de una de las víctimas, la cajera Elena López.
Este hombre ya había dado su testimonio ante los agentes de Madrid que se desplazaron hace un par de años hasta Lugo para intentar recomponer la investigación del atraco sucedido el 30 de abril de 1994, en el que resultaron abatidos a tiros Elena López y Esteban Carballedo, ambos empleados del Cash Récord. Sin embargo, hasta que no fue solicitado por el abogado de las familias de las víctimas, no fue llamado a sede judicial para ratificar su testimonio. Y no solo lo hizo, sino que aportó más detalles.
Se trata de un hombre que en 1994 consumía drogas, por lo que acudía muy a menudo al bar Los Ángeles, propiedad de M.J.V.C., un hostelero relacionado con el tráfico de drogas que ahora reside en Burgos. Según reconoció, una de las personas que le proveía de heroína le comentó que M.J.V.C. le había propuesto "dar un palo", para el que tenía "cacharras (pistolas). A los pocos días, indicó el testigo, vio en el bar Los Ángeles a ese amigo y al propietario del local hablando con una factura de Cash Récord delante, mientras comentaban que "tenían un palo cojonudo, que se podía sacar mucha pasta" y que "tenían que estudiar el sitio, que él era cliente".
Tras el doble crimen, prosigue, le preguntó a su amigo dónde iban a cometer el atraco, a lo que el otro le respondió: "Pues allí", en referencia al almacén de O Ceao.
Este testigo añadió que entre las personas de confianza de M.J.V.C. en aquel momento estaba el marido de la cajera asesinada, ya que él lo vio en el bar y "se ponía en la parte final del mostrador", lo que significaba que "no era un cliente normal", pues ese era el lugar en el que se ponía la gente que hacía "tratos" con dueño del bar. "Andaba en historia raras", consideró el testigo.
Este testimonio tiene valor porque coincide en lo esencial con el que prestó en su momento el propio hombre al que supuestamente ofreció participar en el atraco M.J.V.C. Este ya ha fallecido, pero en su momento había reconocido ante la Policía que se le habían propuesto tomar parte y que incluso había dado una vuelta en coche alrededor del establecimiento acompañado por el principal sospechoso.
Este testimonio fue completado con el de Isabel López, hermana de la cajera, que indicó que su entonces cuñado "acompañaba normalmente a Elena a dejar el dinero que se recaudaba en Cash Récord" en una oficina bancaria. También recordó que justo en la semana del atraco, en una comida en casa de sus padres y con su marido delante, Elena había comentado que no había podido hacer el ingreso en el banco y que había más dinero del habitual en Cash Récord. Ese mismo sábado se produjo el asalto mortal.
Isabel López también afirmó que su excuñado, justo después del atraco, le pidió a su marido y a su padre que fueran a buscarle al trabajo porque tenía miedo.
ALUDIDO. En base estas nuevas aportaciones, también fue citado a declarar recientemente el viudo de la cajera asesinada. Este negó cualquier relación con el asunto y afirmó que ni conocía al imputado ni estuvo nunca en el bar Los Ángeles, ni mucho menos tuvo negocios con él. Tampoco recordó que la semana del atraco su esposa hubiera comentado nada sobre el dinero que había en Cash Récord.
Respecto a que tuviera miedo, negó tal extremo o que tuviera que llamar a nadie porque, según dijo, a él ya le seguía la Policía, aunque no aclaró por qué.
