A los repartidores de comida a domicilio se les exige cierta rapidez, conocimiento del callejero y habilidad para orientarse. A los de Dolce Vita en su establecimiento de Bispo Aguirre se les pide, además, pulmón. La pizzería hace reparto en bicicleta y cubre con ese transporte todo el recinto amurallado y las calles próximas.
La decisión de utilizar bicicletas fue debatida y acordada por los trabajadores, según explicó la encargada, Fernanda Somoza. Dolce Vita tiene dos locales en Lugo: el de Avenida da Coruña utiliza solo motos y el del centro, solo bicicletas. Es una zona de reparto llana y accesible, en gran parte peatonal, con un tráfico reducido.
De hecho, ese es un punto que pesó en la decisión de limitar el reparto a las bicis. Una motocicleta necesita un permiso para circular por el recinto amurallado y una bici, no. Que sea un transporte ecológico también influyó.
Somoza reconoce que las bicicletas llaman la atención. "Los niños se asombran de que llevemos una pizza a su casa en bici. Como la solemos tener fuera, mucha gente entra a preguntarnos si repartimos en bicicleta", explica.
Los clientes agradecen que se opte por ese medio de transporte, especialmente los más jóvenes. "En la hora del recreo vienen muchos chicos de los colegios y siembre comentan que es muy buena idea ir en bicicleta porque respeta el medio ambiente", apunta.
Aunque el casco histórico es especialmente benevolente para los usuarios de bicicleta porque es fundamentalmente llano y con poco tráfico, los repartidores de Dolce Vita también distribuyen con ese medio su producto por la zona de Fontiñas o Augas Férreas. "Si llama alguien del fondo de la Avenida da Coruña sí que los remitimos al otro local, pero este lado de la ciudad se cubre desde aquí en bicicleta", dice.
