Un lucense lideraba una red que trató de meter 250 kilos de coca por Ibiza

Contaba con la ayuda de un guardia civil también condenado, destinado en el aeropuerto

La Audiencia Nacional ha condenado a siete años y medio de prisión a un lucense que lideraba una red que trató de introducir en España 250 kilos de cocaína desde Latinoamérica en aviones privados a través de aeropuerto de Ibiza. La mercancía estaba valorada en 8,7 millones de euros, que es además el importe de la multa que también le impone la sentencia. 

Junto a él, han sido condenados otros tres miembros de la organización. El más relevante de ellos es un guardia civil que estaba destinado en el aeropuerto de Ibiza, que era el encargado de que la mercancía pasara los controles. Fue sentenciado a cinco años de prisión, y una multa de 8,7 millones, igual que los otros dos condenados, también a penas que rondan los cinco años. 

Este lucense, según se declara probado en la sentencia, era el cabecilla de la red, en la que participaban también el guardia, un ciudadano de Melilla y un colombiano. Sus actividad llamó la atención después de que viajara en diversas ocasiones a Colombia, México, Panamá y República Dominicana para pactar la compra y el envío de la droga.

La DEA cambió en origen 245 kilos de coca por otros tantos de sustancia inocua. El cargamento estaba valorado en 8,7 millones

En una de esas ocasiones, fue detectado mientras mantenía una reunión en Bogotá con tres narcotraficantes que estaban siendo objeto de investigación por las autoridades colombianas. En aquella reunión les entregó un maletín conteniendo 177.315 dólares, como anticipo. 

Desde entonces, tanto él como el resto de la banda fueron objeto de seguimiento por parte de las autoridades españolas, que pudieron certificar cómo alquilaban varios locales, pisos y vehículos para transportar la droga. Además, visitaron varias veces el aeropuerto de Ibiza, donde, además de la colaboración del guardia civil de Aduanas contaban con acceso a las zonas VIP, gracias a las autorizaciones conseguidas a nombre de una empresa del que el lucense era propietario. 

Gracias a estos seguimientos, los investigadores pudieron determinar que el envío de los 250 kilos de coca iba a llegar a Ibiza a bordo de un avión privado en la madrugada del 24 de septiembre de 2014. No obstante, las autoridades españolas, en colaboración con la DEA estadounidense, habían controlado la mercancía en origen y dieron el cambiazo: sustituyeron 245 kilos de droga por otros tantos de sustancia inouca, dejando solo cinco de cocaína. Esa misma noche, después de que la banda recogiera la mercancía, fueron todos detenidos. 

Esos cinco kilos resultaron tener una pureza del 63 por ciento, muy elevada, con un valor en el mercado de 175.399 euros. Sin embargo, el lucense y los miembros de su banda fueron procesados por el valor total del cargamento que trataban de introducir, los 250 kilos valorados en 8,7 millones de euros. 

Tras su detención, todos ellos se plegaron a reconocer su participación y colaboraron con la Justicia para cerrar la investigación abierta en los países de origen por la agencia antidrogas estadounidense.

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