Un cuarto grupo aspira al Gran Hotel Lugo

Al Gran Hotel Lugo le siguen surgiendo pretendientes. Un cuarto grupo, del que no ha trascendido su identidad, ha mostrado su interés en los últimos días por el cuatro estrellas más grande de la ciudad. Así se puso de manifiesto durante una asamblea de empleados del céntrico alojamiento, celebrada esta semana.

Este nuevo aspirante se suma así a la cadena Hotusa que preside el chantadino Amancio López Seijas; a un grupo de empresarios lucenses, liderado por un hostelero, y a otro de inversores, que la semana pasada visitó las instalaciones.

La pelota continúa en el tejado del principal acreedor, el Banco Popular, al que la que era propietaria del hotel, la sociedad Proalsa, adeuda unos 7,7 millones de euros entre el montante del préstamo hipotecario y los intereses pendientes. Cualquier candidato precisa alcanzar un acuerdo con esta entidad financiera para que su oferta pueda prosperar.

Pese a ese póker de postores, impera la cautela sobre cuál será el futuro del cuatro estrellas de la avenida Ramón Ferreiro. Los plazos legales juegan en su contra. Octubre, cuando se cumplirán seis meses de que el juzgado declarara su fase de liquidación, es la fecha tope.

Si para las fiestas de San Froilán no se ha firmado su venta, el Gran Hotel Lugo estaría condenado a cerrar y su plantilla, integrada por 24 trabajadores, se quedaría en la calle.

La administración concursal, que tomó las riendas del alojamiento en abril del año pasado cuando Proalsa fue declarada en concurso de acreedores por el juzgado mercantil de Lugo, tendría entonces que presentar un expediente extintivo de regulación de empleo y sacaría el inmueble a subasta.

OCUPACIÓN. El Gran Hotel Lugo, que registró el año pasado más de 37.000 pernoctaciones y un volumen de ingresos superior a los 1,3 millones de euros, tiene por delante los tres meses de más ocupación: agosto, septiembre y octubre. Las expectativas de reservas son positivas. Estas menguarán pasadas las fiestas patronales de la capital lucense, cuando se hace más cuesta arriba cuadrar las cuentas.