Un anarquista afronta dos años por gritar "viva Eta" y amenazar a dos policías

Javier Omaña ya había sido arrestado por enaltecer el terrorismo
Javier Omaña
photo_camera Javier Omaña

El ministerio fiscal solicita dos años de prisión para el anarquista antisistema Javier Omaña, un joven natural de Outeiro de Rei que está acusado de amenazar de muerte y atacar a dos policías que se acercaron a él cuando iba por las calles de Lugo gritando "viva Eta".

La Fiscalía lucense lo acusa de un delito de atentado y otro de lesiones, pero a pesar de las proclamas, no fue imputado por enaltecer el terrorismo. Sí fue detenido por este delito en el mes de enero de 2014. En aquella ocasión, tras prestar declaración, el juez de la Audiencia Nacional Javier Gómez Bermúdez lo dejó en libertad junto a otros dos detenidos, relacionados con un ataque con un cóctel molotov en Vigo. El juez le prohibió abandonar el territorio nacional y le retiró el pasaporte. Tras el arresto, Omaña regresó a la capital lucense.

Según argumenta la Fiscalía, sobre las dos y media de la madrugada del 17 de julio de 2014, el acusado caminaba por la Avenida Rodríguez Mourelo, por el medio de la vía pública, por lo que una patrulla de la Policía Nacional se acercó a él y le preguntó si necesitaba ayuda.

En ese momento, el joven empezó a gritar: "Viva Eta". Además, se enfrentó a los agentes y les dijo "Si no os matan ellos os mato yo ahora mismo y además a vosotros os conozco de uniforme y sin él, y si os veo por la calle os mato. Bajaros del coche que os mato ahora mismo".

Los agentes, según la versión del ministerio fiscal, le pidieron al joven que se identificara y Omaña reaccionó de forma violenta, abalanzándose sobre los policías. Además, cuando lo introducían en el coche patrulla, comenzó a darles patadas y empujones, por lo que uno de los agentes sufrió una contusión en la muñeca de la mano derecha.

SUSPENSIÓN. El anarquista antisistema fue acusado de un delito de atentado y una falta de lesiones, por los que el ministerio fiscal solicita para él dos años de cárcel y una multa de 600 euros.

El juicio por este caso se iba a celebrar ayer en el juzgado de lo Penal número 1 de la capital lucense. Sin embargo, uno de los testigos del suceso no se presentó, por lo que la vista oral tuvo que suspenderse.

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