El cuerpo de Jorge Dorribo será trasladado a Vigo

El empresario lucense falleció este jueves en Barcelona de un infarto

Jorge Dorribo. SEBAS SENANDE
photo_camera Jorge Dorribo. SEBAS SENANDE

El cuerpo sin vida de Jorge Dorribo Gude será trasladado este sábado desde Barcelona, donde murió el pasado jueves, a Vigo, donde residía.

Los restos del empresario lucense llegarán al tanatorio Vigo Memorial, en donde está previsto que se celebre el funeral, en principio en la estricta intimidad.

Jorge Dorribo falleció tras sufrir un infarto en la capital catalana, en donde se encontraba porque había acudido a una feria profesional para conocer nuevos productos. Actualmente se ganaba la vida como comercial, según aseguraron allegados suyos.

El que fuera fundador de Laboratorios Nupel, que conserva familia en la capital lucense, tenía 54 años de edad y deja viuda, Aveline Fernández, y tres hijos, Juan, Anthea y Laura.

El imperio que había formado Jorge Dorribo, que llegó a ser un referente en la provincia de Lugo de éxito empresarial, se desmoronó como un castillo de naipes cuando a finales de 2011 le salpicó la operación judicial Campeón, que lo llevó a pasar una larga temporada entre rejas.

Su ocaso se certificó a finales de 2017 cuando la Audiencia Provincial de Lugo lo condenaba por esta macrocausa de las subvenciones públicas a cuatro años y cinco meses de prisión por delitos contra la hacienda pública, fraude, falsedad, insolvencia contable y blanqueo de capitales.

Dorribo fue un mecenas de eventos como el Arde Lucus y, sobre todo, del deporte lucense, desde equipos profesionales como el Breogán o el CD Lugo a otros menos mediáticos, como el Emevé. El mundo del automovilismo fue una de sus apuestas personales.

Directivos de clubs y deportistas que recibieron su apoyo económico en la primera década del siglo XXI, como el Emevé o los pilotos de rallyes Sergio Vallejo y Adrián Díaz, manifestaron ayer, a través de las redes sociales, su pesar por la pérdida del creador de la firma farmacéutica que tuvo como buque insignia Laboratorios Nupel.

EPITAFIO. En una entrevista concedida en sus años dorados a El Progreso, el empresario lucense ya adelantaba como podía ser su epitafio: "Cualquier día me tienen que echar tierra por encima y no quiero que digan que soy el más rico del cementerio. Prefiero que digan: "¡Qué bien vivió ese cabrón!"".