"Creo que todo lo que puedan hacer y ofrecer aquí será un acierto". Es lo que decía el miércoles a orillas del río Fernando, un turista de Zaragoza. Al aragonés le sorprendía la zona fluvial de Lugo, a años luz del Ebro en Zaragoza, en su opinión.
Carlos Rey y Lexuri Fernández, naturales de Éibar, llegaron al paseo del Miño "tras disfrutar de las increíbles vistas en el centro histórico". "Nada mejor que este cuatriciclo para un paseo por el Miño", aseguraba Carlos, que valoraba "la importancia de ofrecer nuevas alternativas a los turistas" y reconocía haber disfrutado de la experiencia.
Estos turistas formaban parte de la legión de visitantes que recorren estos días Lugo. Aunque el mal tiempo provocó una caída de viajeros en los meses de junio y julio, en agosto se ha experimentado un repunte.
"Este mes los números han crecido con respecto al año pasado y la cantidad de extranjeros supone el 50%", asegura el gerente de Roots&Boots. El albergue, muy frecuentado por peregrinos y turistas por su situación, disfruta de muy buenos porcentajes, con un promedio de 25 o 30 personas por noche, indicaba el miércoles.
Algunos de ellos, ya han podido ser testigos –e incluso participantes– de las actividades ofrecidas junto al puente romano.
CRÍTICAS. Los turistas llegan al río, que cada vez tiene más tirón. Sin embargo, hay quejas por la mala comunicación del puente romano con el centro. Una turista explicaba el miércoles en el centro sus dificultades para llegar al río y el balneario. No existe ni señalización ni buena combinación de autobuses lo que, según algunas opiniones, podría mejorar con un tren turístico.
A esto se suman las peticiones de un lugar donde acampar o las quejas por el mal estado y la falta de cuidado del río.
