LUGO. Acaba de perder una lucha de cinco años con el Concello pero, aun así, esta lucense quiere dejar clara su disconformidad con la sentencia que acaba de sacar el Contencioso Administrativo 2 y que exime al Concello de cualquier responsabilidad sobre aquella baldosa suelta de la Rúa San Pedro donde tropezó hace seis años y que le provocó un esguince de tobillo y policontusiones.
"A min isto cambioume a vida por completo. Desde aquela, ando cunha muleta e teño moitas dores. Cando caín, tivo que auxiliarme unha muller, que eu non me podía erguer. A consecuencia diso, tiven un esguince nun pé e tamén varios golpes. Aos poucos días, formóuseme un trombo e tiveron que operar. E, en cambio, o xulgado non me dá a razón cando era responsabilidade do Concello ter amañado a baldosa", explica esta mujer, que prefiere no dar su nombre.
La víctima se cayó en mayo de 2013, a la altura del número 30 de San Pedro. Allí había una loseta suelta que sobresalía un centímetro donde, según ella, tropezó. La mujer cree que la baldosa debería estar bien colocada para evitar la caída y, por ese motivo, acabó llevando al juzgado al Concello, al que le reclamaba 30.200 euros de indemnización. Pleito que acabó perdiendo y por el que ella -beneficiaria de una baja pensión- tendrá que pagar ahora hasta 500 euros de costas y los gastos de su defensa, por lo que desiste de recurrir al TSXG.
El juzgado se pronunció sobre el caso el pasado 25 de marzo, desestimando la indemnización que pedía la víctima y suscribiendo los mismos argumentos que empleó en su defensa la aseguradora del Concello, basados en un informe municipal del departamento de Ingeniería. Entre ellos, que la calle era suficientemente ancha y que la loseta era esquivable si anduviese con más cuidado, por lo que rechaza indemnizar.
"La caída parece ser que era evitable con una mínima atención a la deambulación puesto que la calle tiene a esta altura unos 4,50 metros [de ancho]", argumenta la sentencia.
El fallo considera, además, que el levantamiento de un centímetro de la baldosa no era para tropezar y se basa en el anterior informe, que suscribe: "Unha persoa normal, ao camiñar, eleva os pés por riba da superficie a unha altura superior a un centímetro".
