Tres de cada diez chicos de 15 años están en riesgo de ser ludópatas

Un estudio realizado en un instituto de Lugo revela también que el 10% de los alumnos admite hacer apuestas por internet
La adicción a las máquinas tragaperras es una de las más comunes
photo_camera La adicción a las máquinas tragaperras es una de las más comunes

La adicción al juego se abre camino entre los adolescentes lucenses. Un reciente estudio elaborado por la Asociación Galega de Ludópatas Rehabilitados, Agalure, entre alumnos de cuarto de Eso del instituto de Guitiriz revela que casi tres de cada diez están en riesgo de convertirse en adictos al juego mediante el uso constante de los teléfonos móviles y su conexión a internet. "El 28% de los alumnos encuestados, todos ellos de cuarto de Eso, están en riesgo de convertirse en ludópatas, según los hábitos de consumo de internet que manifestaron en el estudio, donde se aprecia un comportamiento adictivo a determinados juegos -tanto con o sin apuestas-, que pueden derivar en el mismo tipo de comportamiento con los videojuegos. Pero, por si esto no fuese poco, hay otro dato todavía peor: que un 10 por ciento de los encuestados admitió que ya hace apuestas por internet", afirma Gerardo Rodríguez, secretario de Agalure, que espera abrir una sede en Lugo.

La incidencia de la ludopatía entre los adolescentes se hace evidente también en algunos bares y salones de juego, donde el control de la edad del jugador a veces brilla por su ausencia. "No se puede permitir que los menores jueguen en este tipo de establecimientos y se ven muchos. Curiosamente, empiezan por apostar en las carreras de galgos y no en las deportivas porque el posible premio es mayor pero no se dan cuenta de que pierden y siguen y siguen hasta hacerse adictos y acumular una deuda grande. Comprendo que el dueño del bar o del salón de juegos no es un policía para estar pidiéndole el carné a todo el mundo pero hay una normativa que hay que cumplir. Una solución sería la implantación del DNI electrónico en estas máquinas pero, claro, eso quitaría a mucha gente de jugar y el juego también es una fuente de ingresos para el Estado", comenta Gerardo Rodríguez.

Por Agalure, pasaron ya 1.500 historias de ludópatas de A Coruña y Lugo en los veinticuatro años que llevan trabajando. Muchos de ellos con grandes deudas. "Hubo un chico de 24 años, jugador de póquer, con 3 millones de deuda; otro de 19, con 90.000 euros, de las apuestas deportivas; otro de 23, con 45.000, y un chaval de 16, con 13.000, de los videojuegos. Para endeudarse, se apropian de las joyas y tierras de la familia o suplantan identidades  en internet para pedir créditos. No se dan cuenta hasta que todo estalla", afirma Gerardo Rodríguez.

Se vio un comportamiento adictivo a determinados juegos, con o sin dinero de por medio, que puede ser similar con los videojuegos


LUGO. Un joven con iniciales F.D.M. fue condenado a un año de prisión por robar una mochila del interior de una turismo que se encontraba estacionado en la Avenida Benigno Rivera, en el polígono de O Ceao. La mochila contenía ropa, un neceser, una tablet, documentación personal de su propietario, quince juegos de llaves y un total de 620 euros en efectivo.

Según se recoge en el escrito de acusación del ministerio público, poco después de las doce y media de la mañana del 29 de junio de 2015, el acusado fracturó el cristal de la ventanilla trasera de un vehículo, que era propiedad de una empresa, y pudo acceder así al interior.

El hombre se apoderó de una mochila de tela negra y se dio a la fuga. Los objetos robados fueron valorados en su propietario en 352 euros, más el dinero, y la reparación de los desperfectos ocasionados en el turismo le costó a la empresa otros 50 euros.

El ladrón fue arrestado poco después y acusado de un delito de robo con fuerza en las cosas, ya que fracturó la ventanilla trasera del coche para cometer la sustracción.

El ministerio fiscal pedía inicialmente por este delito una condena de dos años y tres meses de cárcel, una pena que implicaría el ingreso del acusado en un centro penitenciario, al superar los 24 meses de prisión. Sin embargo, la vista oral ya no llegó a celebrarse porque el hombre reconoció los hechos ante el juez y llegó a un acuerdo de conformidad con el representante fiscal.

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