Tráfico intensifica el control de furgonetas y detecta en dos horas 17 infracciones en la A-6

El auge del comercio por Internet y la reducción del transporte de mercancías por tren disparó el uso de furgones de reparto. Velocidad inadecuada y exceso de carga encabezan las denuncias

Control en O Corgo. J.VÁZQUEZ
photo_camera Control en O Corgo. J.VÁZQUEZ

A medio camino entre los turismos y los camiones, las furgonetas se rigen por normas específicas, un poco más restrictivas que para los coches y bastante más laxas que para los vehículos pesados. Esta circunstancia obliga a los responsables de velar por la seguridad vial a establecer controles para concienciar a los usuarios y vigilar que cumplen con sus obligaciones en ruta.

El último dispositivo de estas características en la provincia lucense se estableció el pasado lunes, día 17, cuando los agentes del subsector de Tráfico de Lugo cortaron durante algo más dos horas un carril de la autovía A-6 -a su paso por el municipio de O Corgo- y controlaron un total de 55 furgonetas, casi todas de paquetería y reparto de mercancías.

Tras un intenso trabajo, el balance final dejó 15 vehículos denunciados, dos de ellos por cometer más de una infracción. Y el principal caballo de batalla fue el exceso de velocidad, una conducta por la que se tramitaron un total de nueve denuncias.

Según apunta el agente de Tráfico José Ramón López, a pesar de que resulta habitual ver a un furgón circulando a la par que un turismo, e incluso adelantándolo sin reparo, su velocidad permitida es inferior a la fijada para los coches. "En autovía no pueden rebasar los 90 kilómetros por hora; en vías convencionales, los 80, y en vías fuera de poblado tienen que circular por debajo de los 70 kilómetros", comenta.

A pesar de estas limitaciones, las furgonetas de reparto no están obligadas a llevar tacógrafo -un aparato que graba los kilómetros recorridos, la velocidad, las horas, las pausas y los periodos de descanso-, por lo que los agentes no tienen forma de verificar, al margen de los controles, que los conductores no han rebasado los límites de velocidad en todo su trayecto, o que no pasan en carretera más horas de las que deberían.

Esta exención, sin embargo, no es vista con buenos ojos por todo el sector. De hecho, algunos transportistas sometidos el lunes al control de Tráfico reconocen que, en muchos casos, sus condiciones de trabajo son incompatibles con la prudencia y la atención en carretera. "Salimos con el tiempo justo y la mercancía tiene que llegar a su destino a una hora determinada. Después volvemos cansados y a veces doblamos jornada. Nadie controla eso, solo la empresa, y algunos jefes respetan a rajatabla las normas, pero otros no. Y hay que trabajar", lamentan.

José Ramón López confirma que muchos de los furgones que circulan por la A-6, por ejemplo, hacen la ruta de A Coruña a Madrid, descargan la mercancía y regresan al punto de partida en la misma noche. "A veces", explica, "no dudan en superar los límites de velocidad para cumplir los plazos de entrega, lo que entraña un grave riesgo".

CARGA. Además de la velocidad, los agentes de Tráfico controlan la conducción bajo los efectos del alcohol o las drogas, la utilización del móvil, la documentación del vehículo, las condiciones técnicas y la seguridad de la carga transportada. De las 55 furgonetas controladas el pasado lunes en la A-6, cinco circulaban con exceso de peso, una circunstancia más peligrosa de lo que pueda parecer.

"La carga influye totalmente en la seguridad. Cada vehículo", señala José Ramón López, "está fabricado para un tonelaje concreto y si se rebasa sufre la carrocería. Además, el tonelaje influye en la frenada, ya que en caso de urgencia no se necesita el mismo espacio para detenerse si se transportan 3.500 kilos que si son 3.800".

Igualmente, la correcta sujeción de la carga es vital en caso de accidente, tanto para la persona que ocasiona el siniestro como para los ocupantes de otros vehículos. Y aunque esto parezca obvio, un estudio de la Fundación Línea Directa -del que se hizo eco la Dirección General de Tráfico- concluye que el 81% de los conductores ocasionales de furgonetas desconoce la forma más segura de colocar la carga, mientras que el 75% ignora los límites de velocidad de estos vehículos y el 46% nunca fija la carga en sus portes.

"Con respecto a la carga", comenta José Ramón López, "en los controles hemos visto muchas cosas. Desde una persona sentada dentro de una caja, entre los paquetes, hasta pescado o pasteles sin refrigerar. Un día, al abrir una puerta de un furgón se cayó todo el pescado al suelo. El transporte de los productos perecederos es muy delicado y nosotros hacemos mucho hincapié en que se realice de forma correcta".

En la mayoría de las furgonetas de reparto, el conductor no es el titular del vehículo, por lo que no es responsable del exceso de carga. Y muchos transportistas son conscientes de que llevan a cuestas más peso del permitido. "La empresa que carga es la que se responsabiliza de la mercancía. Nosotros solo lo transportamos y no nos metemos en eso. Si nos paran, trasladamos la denuncia. Sabemos que no es seguro circular con exceso de peso y lo tenemos en cuenta, pero otra cosa no podemos hacer", comentan.

SINIESTROS. Este verano, la DGT llevó a cabo durante cinco días una campaña de control de furgonetas a nivel nacional y los datos siguen lejos de los deseable. En total, los agentes controlaron 37.200 furgonetas y tramitaron 577 denuncias por exceso de velocidad, 636 por no haber pasado la ITV, 245 por exceder el peso permitido en el vehículo y 128 por la disposición de la carga, entre otras infracciones.

Además, los últimos datos de la DGT revelan que los accidentes con furgonetas implicadas se dispararon un 41% en cinco años, dejando casi un millar de muertos y más de 4.500 heridos graves. "Hay que tener en cuenta que cada vez hay más furgones de reparto circulando. El auge del comercio por internet y la práctica eliminación transporte de mercancías por tren explica el aumento. En Lugo lo notamos", concluye el agente.

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